Augusta. Al menos 15 migrantes etíopes murieron de hambre y sed tras permanecer una semana a la deriva en el mar debido a que su embarcación se averió entre Yibuti y Yemen, indicó ayer la Organización Internacional para las Migraciones de Naciones Unidas (OIM). En tanto, el gobierno de Italia autorizó el desembarco de 131 migrantes del Gregoretti que permanecía varado en costas de Sicilia.

Más de 90 etíopes estuvieron atrapados en un barco entre Yibuti y Yemen durante una semana sin alimentos ni agua, lo que provocó la muerte de al menos 15 de ellos, tuiteó la OIM.

Los migrantes salieron de Yibuti y los sobrevivientes lograron llegar a las costas de Yemen.

Por su parte, el gobierno de Italia autorizó el desembarco de 131 migrantes, luego de que cinco países europeos aceptaron hacerse cargo de ellos.

Los migrantes desembarcaron en el puerto militar de Augusta (Sicilia) y fueron conducidos al centro de acogida e identificación de Pozzallo, más al sur.

El utraderechista Matteo Salvini, ministro italiano del Interior, dio la autorización para el desembarco, tras un acuerdo alcanzado entre países de la Unión Europea, pero prohibió la llegada a puerto de 40 migrantes rescatados por el barco Aylan Kurdi, perteneciente a la ONG alemana Sea-Eye.

Desde su llegada al poder, en junio de 2018, Salvini y el gobierno italiano han ejercido una política de mano dura frente a la migración y han forzado el reparto de indocumentados que llegan a Italia entre sus socios europeos.

“Se encontró una solución europea para hombres y mujeres varados en el barco Gregoretti”, celebró el presidente francés, Emmanuel Macron, cuyo país se comprometió a acoger a 30 refugiados, según el Ministerio del Interior.

Alemania, Portugal, Luxemburgo e Irlanda, así como organismos de la Iglesia católica en Italia, acordaron finalmente repartirse el resto de migrantes, anunció un portavoz de la Comisión Europea.

Macron anunció la semana pasada un acuerdo entre 14 países europeos para implementar un mecanismo de solidaridad, que parte del principio de que los migrantes primero deben desembarcar en Italia.

Roma ha contabilizado el arribo a sus costas de 3 mil 700 indocumentados en lo que va del año.