Martes 23 de julio de 2019, p. 24
Madrid. En el primer día de la sesión de investidura, y apenas 48 horas después de que los equipos negociadores del Partido Socialista Español (PSOE) y Unidas Podemos (UP) se sentaron a perfilar el acuerdo del gobierno de coalición
, la sombra de una nueva fractura en la izquierda española se hizo presente.
El presidente del gobierno en funciones, el socialista Pedro Sánchez, apremió al dirigente de UP, Pablo Iglesias, a meditar su última oferta
para evitar un bloqueo del gobierno y un probable adelanto electoral. La respuesta del líder de la formación morada, sin embargo, fue contundente: no nos vamos a dejar humillar
.
Sánchez, con 123 escaños, está lejos de la mayoría absoluta (176), por lo que necesita acuerdos con otros grupos para sacar adelante la sesión de investidura que lo dejaría en el poder los próximos cuatro años.
Su aliado preferente es UP, la coalición de la casi desaparecida Izquierda Unida con la formación emergente Podemos, que cuenta con 42 diputados. Ambos no suman los votos necesarios para sacar adelante la votación, de no sellarse una alianza, estarían a expensas de que otras formaciones de la órbita independentista vasca y catalana se abstengan durante la segunda votación, en la que sólo se exige mayoría simple.
En este escenario Sánchez acudió al Congreso para protagonizar un largo y tenso debate durante el cual enarboló su programa y las líneas prioritarias de su eventual gobierno, y además criticó a las fracciones opositoras Partido Popular, Ciudadanos y Vox, pero también a su hipotético socio: UP.
PSOE y la coalición que preside Iglesias negocian a marchas forzadas un acuerdo de gobierno de coalición
que permitiría el primer gobierno de este tipo desde principios del siglo XX.
Pese a tener coincidencias en temas sociales, existen profundas diferencias entre ambos partidos, sobre todo en cuestiones de Estado, como el conflicto catalán, en el cual la formación de Iglesias optó por alinearse con el bloque separatista y pugnar por un referendo de autodeterminación.
Esa fue una de las razones que esgrimió Sánchez para vetar a Iglesias de un futuro gabinete presidido por él. Iglesias decidió hacerse a un lado y abrir unas negociaciones en las que la UP reclama al menos cinco ministerios y una vicepresidencia.
Durante el debate, Iglesias desveló algunos detalles privados y en teoría secretos de la negociación, lo que pone al acuerdo más cerca de la ruptura.
Con este panorama, en la votación de hoy se espera la derrota de la candidatura socialista. Entonces sólo quedarán 48 horas para sellar un pacto o preparar la maquinaria electoral para nuevas elecciones.