Domingo 21 de julio de 2019, p. 4
Guaymas, Son., Personal de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) clausuró de forma temporal la terminal de Mexicana del Cobre, filial de Grupo México, en la Administración Portuaria Integral de este puerto, donde el pasado 9 de julio derramó tres mil litros de ácido sulfúrico a aguas del Mar de Cortés.
La clausura es por no contar con autorización de impacto ambiental para obras y actividades en dichas instalaciones.
Once días después de que la empresa de Germán Larrea vertió los desechos tóxicos, funcionarios de la citada dependencia ingresaron la madrugada del sábado a la zona portuaria para levantar el acta oficial y colocar los sellos de clausura temporal de las actividades.
Personal de la Profepa confirmó a La Jornada el cierre de las instalaciones y que habrá una sanción (aún sin determinar) contra Grupo México, por el segundo derrame de tóxicos en aguas de Sonora.
Explicó que mantiene un trabajo permanente en coordinación con la Comisión Nacional del Agua, la Unidad Estatal de Protección Civil y la empresa Mexicana de Cobre para remediar los daños ocasionados por la fuga en uno de sus envases.
Según Grupo México, el flujo del tóxico sólo duró cuatro minutos y no hubo daños a flora y fauna. En ese sentido, el pasado martes la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales informó que el siniestro no causó efectos dañinos al ecosistema, pues la sustancia se diluyó en el mar, y dejó a juicio de la Procuraduría Ambiental la sanción a la trasnacional minera.
El derrame de tóxicos de la terminal de Mexicana del Cobre, filial de Grupo México, provocó la indignación de ciudadanos, diputados y organizaciones ambientalistas que el pasado jueves realizaron una protesta en las instalaciones de la compañía en Hermosillo.
Exigieron al gobierno revoque al consorcio las concesiones mineras que se le han otorgado y lo obligue a remediar los daños que ha provocado al ecosistema. El seis de agosto se cumplirán cinco años del que es considerado el mayor desastre ecológico ocasionado por la minería, el derrame de 45 millones de litros de residuos peligrosos en los ríos Sonora y Bacanuchi provocado por la empresa Buenavista del Cobre, filial de Grupo México.