Tigres cae en penales 6-5
Lunes 15 de julio de 2019, p. a35
Tardaron en despegar los equipos, pero cuando cobraron potencia, este partido adquirió la fuerza de un supersónico. Con emociones que compensaron los primeros minutos, América ganó el título de Campeón de Campeones del futbol mexicano al vencer por penales 6-5 a Tigres de la UANL tras noventa minutos sin goles.
Los porteros fueron los protagonistas de un partido que alcanzó el voltaje para no decepcionar a los asistentes al estadio Dignity Health Sports Park en Carson, California. Aquí se disputaron el título América y Tigres, campeones de los dos torneos más recientes de la Liga MX. Nahuel Guzmán brilló por intervenciones majestuosas en las que salvó la meta universitaria varias veces, en oportunidades que parecían imposibles, mientras Agustín Marchesín no sólo atajó tres penales, sino que fue el responsable de anotar el último y definitivo para Las Águilas, con un gol de penal que fue épico.
Por América anotaron Nicolás Castillo, Emanuel Aguilera, Jérémy Ménez, Roger Martínez, Mateus Uribe y el arquero Agustín Marchesín. Fallaron Bruno Valdez, Paul Aguilar y Sebastián Córdova.
Por Tigres anotó André Pierre Gignac, Chaka Rodríguez, Edu Vargas, Jesús Dueñas y Jurgen Damm. Fallaron Rafael Carioca, Hugo Ayala, Guido Pizarro y Javier Aquino.
El partido empezó sin ritmo, era evidente. Las piernas tiesas todavía de la pretemporada, ambos equipos jugaron por un título cuya principal misión es atraer la atención, y los dólares, de la comunidad mexicana que vive en Estados Unidos
Los primeros amagos fueron de América, con un tiro libre de Emanuel Aguilera y un tiro desviado de Mateus Uribe. Tigres tardó en salir de su área, apenas algunos visos, como una llegada con un remate de Javier Aquino que se fue por encima del travesaño por la presión de la marca.
América era el que estaba encima del felino. Renato Ibarra llegó apresurado, pero sin espacio y sin visión para percatarse que lo acompañaba Mateus Uribe.
El primer tiempo se esfumó sin mucha claridad. La emoción contenida y los músculos con algunos amagos de aflojarse. Por eso el segundo tiempo se tornó dinámico, peleado, con el orgullo de los dos monarcas recientes de la liga peleando por el reconocimiento.
Al avanzar el tiempo y sin los goles, la presencia de Nahuel se volvió enorme. Con intervenciones milagrosas, acrobáticas, si el cero se mantenía era por la inspiración de este nudo de nervios y reflejos en estado de gracia.
También por la suerte. Bruno Valdez estuvo a punto de meter la pelota en su propia portería; tuvo la oportunidad de congraciarse cuando Gignac cobró un tiro libre y la echó fuera. Mientras algunas interrupciones, por una espontánea que invadió la cancha y por el humo color amarillo del América que activaron en las gradas y llegó a la cancha. El duelo se agotaba y Gignac mostró su frustración y hubo conato de bronca, con Roger Martínez y Marchesín.
Cuando llegaron a los penales, el rostro de Ricardo Tuca Ferretti era lúgubre. Y empezó la ruleta de los nervios, donde la suerte, el temple y la técnica se ponen a prueba.
Hubo momentos delirantes, cuando los fallos volvían a meter a Tigres. O cuando tras cuatro errores, dos de cada lado, llegó Damm a anotar el 5-4 y entonces la responsabilidad quedó en Mateus Uribe, un jugador con negro pasado en tiros penales. Los consiguió y ahuyentó sus demonios. Cuando falló Aquino, la responsabilidad fue de Marchesín, colocó la pelota, enfiló y metió un gol de esos que son evocados con gusto durante años por los aficionados.