Sao Paulo. La crisis que enfrentan los caficultores por la caída de los precios estuvo en el centro del debate en el segundo Foro Mundial de Productores de Café que se realizó esta semana en Campinas, Brasil.

Los más de mil 500 productores y especialistas del aromático de 40 países buscaron definir estrategias, como eliminar la intermediación y acercarse al consumidor en una suerte de “uberización del café”.

Acordaron formar un ente legal para gestionar medidas en su campaña por lograr mayores pagos a los productores, incluido el lanzamiento de una plataforma para aumentar la transparencia en ese mercado.

Con los precios actuales de mercado, el valor de una taza de café es de 2.6 dólares, de los cuales sólo 2.5 centavos llegan a los productores, menos de uno por ciento, denunció Nelson Camilo Melo Maya, presidente de la red internacional de organizaciones de pequeños productores ecológicos (SPP Global).

Señaló que más de 25 millones de familias de pequeños productores en el mundo tienen costos de producción cada vez más altos e ingresos cada día más bajos.

Para la mayoría de los países productores no es lucrativo. El precio en el campo no está valorizado. En las tiendas es 10 veces superior a lo que el producto recibe en el campo. Desde el punto de vista del productor, existe pobreza, trabajo infantil. Esta es la paradoja que tenemos que resolver, destacó Jeffrey D. Sachs, economista estadunidense y profesor de la Universidad de Columbia.

Propuso crear un fondo global para aumentar la productividad y garantizar una presión política en el combate al aumento de la temperatura global, ya que, alertó, el incremento de las temperaturas en el planeta amenaza con extinguir las áreas de cultivo de café.

Migración o cultivos ilícitos

Los precios del café se definen en Nueva York y su derrumbe ha impactado a los caficultores a punto tal, que muchos venden afrontando pérdidas.

Con una caída hasta de 90 por ciento de su poder adquisitivo, pequeños productores de regiones como Centroamérica o los Andes han comenzado a abandonar sus cafetales y a emigrar.

Algunos no han encontrado otra alternativa que el cultivo de productos ilícitos, señaló SPP Global.

En Colombia el gobierno ha apoyado mucho a los caficultores, pero en general pierden dinero y su calidad de vida está bajando dramáticamente. ¿Qué pasa cuando dejan de cubrir sus necesidades básicas?, preguntó Juan Esteban Orduz, representante de los caficultores colombianos en Estados Unidos, en entrevista.

El tema de precios está pasando a ser casi una crisis humanitaria. No tenemos números, pero adonde quiera que vas te dicen que están con el agua hasta el cuello, agregó.

En Brasil, José Marcos Magalhaes, presidente de Minasul, cooperativa que exporta a 25 países desde Minas Gerais, dijo que casi la mitad de los 8 mil miembros asociados trabajan con pérdidas y que los despidos son una realidad.

En 2016 la libra del grano se cotizaba en 1.5 dólares en promedio, pero este año tocó el mínimo histórico en más de una década: 86 centavos.

Los precios se recuperaron parcialmente y rondan 1.2 dólares por libra, en parte debido a la expectativa de un invierno severo en Brasil, pero para muchos sigue siendo insuficiente.