La exposición Me quiero ir al mar incluye 145 obras // Sólo es la punta del iceberg, pues hay más por indagar del artista, dice curador
Martes 9 de julio de 2019, p. 4
La exposición Francisco Icaza: me quiero ir al mar, montada en el Museo del Palacio de Bellas Artes, es un recuento de la trayectoria del artista, quien fundó y participó en varios movimientos importantes como el Salón Independiente, Nueva Presencia y Los Interioristas, así como Confrontación 66 en México.
Es la muestra individual más ambiciosa que se haya presentado de Icaza en el país, formada por 145 obras, algunas desconocidas o pocas veces expuestas.
El máximo recinto cultural del país exhibe por primera vez la obra del artista, hijo y nieto de diplomáticos y escritores, cuyos días estuvieron marcados por la cercanía de algunos personajes del mundo de la cultura como Vicente Rojo, José Luis Cuevas, Vlady, Fernando García Ponce, Rufino Tamayo y Manuel Felguérez.
El curador de la muestra, Santiago Espinosa de los Monteros, explicó que la obra de Francisco Icaza (El Salvador, 1930-México, 2014) ya se había presentado en el Museo de Arte Moderno, pero ésta es más amplia.
‘‘Quiero dejar muy claro que lo que aquí se muestra es sólo la punta del iceberg. Hay mucha obra del maestro que por cuestiones de espacio no está presente. Quiero que esto llame a curadores e investigadores jóvenes porque hay más que indagar sobre el artista”. A decir del curador, el olvido y la escasa presencia del artista en los museos ‘‘se debió a sus muchos viajes, por ser una persona que no siempre le gustaba conceder, además decía muchas netas sobre política y cultura que no a todo mundo le hacían gracia, así que esto lo fue dejando un poco aislado’’.
Océano, aves y viajes interiores
Francisco Icaza: me quiero ir al mar está dividida en tres ejes temáticos: Memorabilia, Pájaros y figuras y Obra última: series, donde el artista es el protagonista y encarna todo lo que deseaba contar.
Sus largas estancias en varios países, sus reuniones con los actores culturales relevantes de la época, junto con un esforzado lenguaje personal, permiten desentrañar pieza a pieza los códigos ocultos pero reveladores de la fértil trayectoria estética de Icaza.
Espinosa de los Monteros refirió que durante los años 60 y 70 del siglo pasado el trabajo de Francisco Icaza fue determinante por la cercanía con figuras como Leonora Carrington y Manuel Felguérez. ‘‘Creo que el aporte del artista puede leerse un poco en función de una trayectoria a veces un tanto solitaria, un camino que él escogió. Pero esa etapa la comienza con grandes creadores que hoy tenemos como Rojo y Felguérez”.
Añadió que Icaza fue asistente de Rufino Tamayo y con él aprendió a retomar lo prehispánico y volverlo contemporáneo, así como la nueva posición que dio al muralismo.
La curadora Natalie Gama, durante un recorrido por la exposición, explicó que en las pinturas del artista tanto el océano comolas aves que aparecen se refiere a los viajes, pero no sólo a otra parte sino a otros estados de conciencia, como viajes interiores.
Añadió que la X utilizada por el creador en la mayoría de sus obras es un punto de encuentro, letra o número.
La exposición Francisco Icaza: me quiero ir al mar, en el Museo del Palacio de Bellas Artes(Juárez y Eje Central Lázaro Cárdenas, Centro), concluirá el 8 de septiembre.