Atenas. La oposición conservadora de Grecia regresó al poder con una contundente victoria en las elecciones anticipadas realizadas ayer y el primer ministro electo, Kyriakos Mitsotakis, dijo que escuchó el claro mandato de cambio, y prometió más inversiones y menos impuestos.

La victoria pareció deberse a la fatiga provocada por tres rescates financieros obligados por la Unión Europea (UE), junto a un alto desempleo y una contracción de la economía de 25 por ciento, después de que el país estuvo a punto de salir de la zona euro en 2015, en el peor momento de su crisis financiera.

Con más de 80 por ciento de los votos contados, el partido Nueva Democracia de Mitsotakis llevaba 39.7 por ciento, en comparación con el partido izquierdista Syriza, de Alexis Tsipras, que tenía 31.6 por ciento.

Los sondeos a la salida de las urnas indicaron que Nueva Democracia ganó entre 155 y 167 de los 300 escaños del Parlamento, beneficiándose de un sistema electoral que agrega diputados adicionales al primero.

Mitsotakis, de 51 años, dijo en un discurso televisado que el resultado electoral le da un mandato fuerte y claro para cambiar Grecia.

Estoy comprometido con impuestos más bajos, muchas inversiones para trabajos buenos y nuevos, y un crecimiento que nos traerá mejores salarios y pensiones más elevadas en un Estado eficiente, afirmó Mitsotakis.

Tsipras dijo que respeta la voluntad de sus compatriotas. Hoy aceptamos con la cabeza alta el veredicto popular. Para llevar a Grecia hasta donde está hoy tuvimos que adoptar decisiones difíciles (con) un gran costo político, afirmó a los periodistas.

Dijo que ahora su partido trabajará para proteger los derechos de los trabajadores griegos como una oposición responsable pero dinámica frente al gobierno.

Tsipras, de 44 años, indicó que espera que el regreso de Nueva Democracia al gobierno no lleve a la venganza... especialmente hacia los logros significativos para proteger a la mayoría social y a los trabajadores.

El líder de Syriza sustituyó a los conservadores en 2015, cuando Grecia estaba en el pico de una crisis financiera que afectó al país desde 2010. Si bien se resistió inicialmente a seguir profundizando en las medidas de austeridad, se vio obligado a aceptar otro rescate meses después de su elección, una decisión que no recibieron con agrado sus votantes.

Amanecer Dorado, un partido de ultraderecha acusado por sus detractores de tener simpatías neonazis, perdió mucho terreno en los primeros resultados, con la posibilidad incluso de que no alcance el umbral de 3 por ciento necesario para entrar en el Parlamento.

Mitsotakis, hijo de un ex primer ministro, hermano de un ex canciller y tío del recién electo alcalde de Atenas, luchó durante la campaña para deshacerse de la imagen de privilegios de familia.

Tsipras convocó los comicios con tres meses de anticipación después de que Syriza sufrió una fuerte derrota en la Unión Europea y en comicios locales en mayo y principios de junio.