A un año del triunfo electoral que lo llevó a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador sostuvo que su proyecto de gobierno no tiene retorno. Ni un paso atrás, nada de titubeos o medias tintas. Una cosa es actuar con prudencia, evitar la confrontación y garantizar las libertades que son sagradas, y otra es la indefinición. Aseveró que su meta no es crear una dictadura, sino consolidar una democracia; por eso, en su defensa, no somos moderados, sino radicales.

Tras mencionar que ya ha cumplido 78 de los 100 compromisos que hizo después de tomar posesión, aseveró que a pesar de que el proyecto de construir el Nuevo Aeropuerto Internacional de México en la base aérea de Santa Lucía enfrenta campañas de sabotaje legal, a fin de mes comenzarán los trabajos. Esa obra se ha frenado porque nuestros adversarios quieren detenarla con una lluvia de amparos, por lo que se está siendo muy cuidadoso en el proceso de autorización del estudio de impacto ambiental.

En el Zócalo de la Ciudad de México, ante de miles de simpatizantes –85 mil, según al Secretaría de Seguridad Pública capitalina–, el Presidente presentó un amplio informe de actividades –el segundo en lo que va del año–, donde señaló que se siente optimista para consolidar las bases de la transformación este año y terminar de arrancar de raíz al régimen corrupto.

López Obrador resaltó que en el ámbito económico no hay recesión, pero debe crecer más la economía. Entre los avances, detalló que la inversión extranjera directa alcanzó en el primer trimestre del año 10 mil millones de dólares, equivalente a 7 por ciento más respecto del año pasado, y presumió que acordó con el Consejo Mexicano de Negocios que este 2019 inviertan 32 mil millones de dólares. Esto le permitió resaltar la presencia de algunos empresarios –Carlos Slim, Emilio Azcárraga, Miguel Alemán Magnani, su compadre Miguel Rincón, entre otros.

Otras cifras mencionadas por el mandatario fueron: 3 mil 203 millones de dólares de remesas en mayo; la consolidación del peso como la moneda más apreciada en este periodo; ausencia de deuda pública; reducción de la inflación de 5.4 a 4.3 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2018; incremento de la recaudación fiscal en 4.5 por ciento; aumento en un millón de contribuyentes de declaraciones fiscales y crecimiento de los ingresos del gobierno a 2 billones 580 mil millones de pesos. Las exportaciones crecieron nueve por ciento, que alcanzaron más de 40 mil millones de dólares.

Entre los anuncios más celebrados por los asistentes, que antes del informe disfrutaron de un festival musical, en medio de la lluvia, reiteró que no se utilizará la técnica del fracking para extraer hidrocarburos. Además, enfatizó que no ha habido aumento en los precios de los combustibles y que se logró detener la caída en la producción del petróleo, industria en la cual en este año se invertirán 330 mil millones de pesos.

También dijo –acompañado de su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum– que el robo de combustible se ha abatido en 94 por ciento, lo que reportará un ahorro de 50 mil millones de pesos, y “prácticamente se acabó con el huachicol”.

Seguridad, pendiente

A un día del inicio formal de operaciones de la Guardia Nacional, el titular del Ejecutivo reiteró que hay un déficit en materia de seguridad, porque todavía se mantienen los mismos niveles de violencia que heredamos del antiguo régimen, aunque se mostró seguro de que pronto habrá mejores resultados.

En este renglón, dio por concluida la guerra de exterminio contra la llamada delincuencia organizada. Ya no se permiten razias ni masacres ni la desaparición de personas. Y ratificó su compromiso en que no se descansará “hasta saber el paradero de los jóvenes normalistas de Ayotzinapa.

Ni el Ejército ni la Marina se han utilizado ni se utilizarán para reprimir al pueblo. También mencionó que rescatarán los cuerpos de los 63 mineros en Pasta de Conchos.

Con la presencia del presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez –con quien ha tenido diferencias por la recomendación sobre las estancias infantiles–, el mandatario federal insistió en que no tolerará la tortura ni ninguna otra violación a los derechos humanos. Informó que en su gobierno han sido liberados hasta ahora 45 presos políticos y se mantiene la protección a 321 periodistas y 582 defensores de las garantías fundamentales.

Tras presentar avances de sus programas integrales de desarrollo –con rezago en salud– y resultados de su política de austeridad, celebró que recientemente se superó una posible crisis económica y política mediante el acuerdo migratorio con Estados Unidos, rescatando a nuestro favor el reconocimiento de que se atenderá este asunto sin usar la fuerza.

Ante varios gobernadores, su gabinete en pleno y legisladores llamó a trabajar de prisa y con profundidad, porque si desgraciadamente regresara al poder el conservadurismo faccioso y corrupto, ni siquiera en esas circunstancias podrían nuestros adversarios dar marcha atrás a lo ya logrado en beneficio del pueblo.

Casi al final de su discurso, el Presidente admitió que su activismo,mi loca pasión, tiene un fundamento racional, aunque no lo piensen así mis adversarios. Considero que entre más rápido consumamos la obra de transformación, más tiempo tendremos para consolidarla y convertirla en hábito democrático, en forma de vida y en forma de gobierno.