Con una Fantasía de poesía y música se celebran los 75 años de Chico Buarque, el músico, escritor, activista e icono cultural brasileño, quien nació el 19 de junio de 1944.

La esencia de Buarque une el diálogo del saxofonista y flautista Alexandre Caldi y el bandolinista Hamilton de Holanda, intérpretes y admiradores de su obra. La voz de la actriz Emanuelle Araújo se intercaló anoche con la lectura de prosa poética en la sala Cecília Meireles en Río de Janeiro.

‘‘Canta, canta una esperanza. Canta, canta una alegría”, dicen los versos de Fantasía, tema que dio nombre al homenaje a quien se antepuso a la censura y el exilio por la dictadura, con temas políticos y de conciencia social.

Chico Buarque, luchador social y habitante del exilio, ha sido persistente en alternar la literatura con la música. Desbordó las letras desde temprana edad, incluso antes de destacar en la música con la aparición de su primer álbum Chico Buarque en 1969.

De la literatura a la música

Reconocido por sus discos de estudio, fue la literatura el arte en el que Buarque comenzó su jornada creativa durante su juventud y luego llegó la música, con la que trascendió con la tradición popular de Brasil. Desde los años 80 del siglo pasado han aparecido discos, de los que suma casi 60, con obra literaria como Estorvo (1991), Benjamin (1995), Budapest (2003), Leche derramada (2009) y la más reciente, en la que narra la búsqueda por un hermano del que desconocía su existencia, en algún lugar de Alemania.

El pasado mayo Buarque fue reconocido con el Premio Camoes 2019, el más importante en lengua portuguesa, por el conjunto de su obra: poesía, dramaturgia y narrativa. El jurado destacó los antecedentes culturales de varias generaciones en todos los países donde se habla su lengua materna.

Caldi estrenó en 2016 su concierto Buarqueanas, con arreglos originales a piezas de Chico Buarque, mismo año en que Hamilton ganó un Grammy Latino por su disco Samba de Chico.

Decidieron juntarse en el aniversario del grande de la canción brasileña en un programa con 16 temas instrumentales, ‘‘en una lectura contrastante” musicalmente.

Por un lado, está ‘‘el bordado en encaje de arreglos originales, matizado por la delicadeza de la cadencia de la samba y la alegría de Hamilton, acompañado por contrabajo y percusión; del otro lado, el colorido de la acuarela lírica, de profunda sutileza melódica, del sax de Caldi e instrumentos de cuerda”, describió el teatro la velada celebratoria.