Aunque todavía no se registran, los aspirantes a dirigir el Partido Revolucionario Institucional (PRI) arreciaron en días pasados las acusaciones de unos contra otros y hacia la presidencia encabezada por Claudia Ruiz Massieu.

La elección es el 11 de agosto, pero desde ahora José Narro, Ivonne Ortega y Ulises Ruiz se hallan en un bloque contra Alejandro Moreno, Alito, el candidato a vencer.

Todos los aspirantes coinciden en que fue un paso adelante llevar la elección a la militancia, pero no se ha definido el padrón que se utilizará y ahí justamente radica el jaloneo. Narro, Ortega y Ruiz pugnan por que se use la lista (de 6.5 millones de integrantes) autorizada por el Instituto Nacional Electoral (INE) en enero pasado, mientras Alito sugiere incluir a los inscritos en la campaña de actualización, de febrero de 2019 al martes pasado.

El Comité Ejecutivo Nacional ratificó el jueves el cierre temporal de cualquier movimiento, a fin de enviar la lista al INE para su revisión, actualización y depuración.

Otro elemento de la discusión antes del registro de aspirantes –programado para el sábado 22 de junio– son el carácter y antigüedad como miembro del tricolor: Hoy lo que requiere el PRI es un priísta, no uno que diga que es priísta, ha expresado Moreno.

Por lo pronto, el Instituto Reyes Heroles del tricolor citó a los aspirantes a sus oficinas para aplicarles un examen y acreditar los cursos de capacitación y formación política, es decir, su conocimiento del partido y de temas generales.

Mientras, en la Cámara de Diputados es bien visto que la contienda se realice en consulta directa a la militancia para fortalecer al partido y, aseguran, dar autoridad moral y viabilidad a quien resulte vencedor. Entre la mayoría de los 47 diputados de esta bancada priva la mesura y no revelan aún quién es el aspirante de su preferencia.

Entre los pocos que han tomado una definición se encuentra Rubén Moreira, ex gobernador de Coahuila, representante de Alito en la mesa de aspirantes. El blanco de su crítica es Narro quien, dice, ha ofendido a la militancia, especialmente de Coahuila porque, asegura, no tiene trabajo con la militancia y pensó que por el dedazo de la nomenclatura que lo apoya iba a convertirse en dirigente nacional.

A su vez, en una carta dirigida a los priístas y a la opinión pública, Narro aseguró que la Comisión Nacional de Procesos Internos del PRI aplicó con el mayor de los desaseos el acuerdo previo entre los aspirantes acerca de usar el padrón de enero.

Advirtió que se pretende incorporar a más de 654 mil personas como nuevos militantes; 488 mil de ellos (es decir, casi 75 por ciento) procedentes de cinco estados: Coahuila, la Ciudad de México, Campeche, Oaxaca y Michoacán.