Tijuana, Bc., Pueblos originarios de Estados Unidos y México, así como activistas pro migrantes y de derechos humanos, realizaron una marcha silenciosa que partió desde el parque comunitario de San Ysidro, California, hasta la explanada del Centro Cultural Tijuana (Cecut), Baja California, donde ofrecieron una ofrenda al sagrado derecho a migrar.

Al llegar al puerto fronterizo de El Chaparral, elementos de la Patrulla Fronteriza impidieron el ingreso a territorio mexicano al activista Francisco Ramos, Pancho, uno de los organizadores de la caminata y quien declaró que era ciudadano del mundo. Por carecer de documentos, fue deportado a California, Estados Unidos.

El grupo fue recibido con una ceremonia en territorio mexicano: música, danza y una limpia dedicada al tema migratorio. Tras la caminata, unas 60 personas se concentraron para fundar la primera asamblea de pueblos, barrios y comunidades de la región San Diego-Tijuana, a la que denominaron Unid@s por la No Violencia.

Es una dedicación, una ofrenda a lo que es lo sagrado de la migración, porque todos somos migrantes, todas las especies y todos tenemos nuestro corazón unido por crear juntos y reconocernos como una familia de la Tierra, detalló Sonia de Otto, quien representa a la Universidad Gujarat Vidyapith, fundada en 1920 por Mahatma Gandhi.

No violencia

Esta actividad sería parte del Programa de Acción por la No Violencia, cuya primera meta es lograr un compromiso colectivo de largo plazo en la región Tijuana-San Diego, orientado a construir una cultura de paz que aplique los tres ejes de transformación social no violenta que Gandhi desarrolló como guía para la liberación de los pueblos: unidad comunitaria, cooperación constructiva y autonomía, explicaron los organizadores.

En entrevista, Francisco Ramos, quien nació en Suiza y de padre mexicano, envió un mensaje de paz al presidente Andrés Manuel López Obrador, en el cual indica que hay que escuchar historias, pues mas allá de lo material y las fronteras está la espiritualidad y la no violencia.

Este movimiento binacional está formado por integrantes de pueblos originarios, artistas, activistas, académicos, defensores de los derechos humanos y científicos.