creador de frescos renacentistas en el cine
Romeo y Julieta, su filme más conocido, recibió 4 nominaciones al Óscar // Su relación personal y profesional con Visconti impulsó su carrera
Domingo 16 de junio de 2019, p. 5
Roma. El director italiano Franco Zeffirelli, fallecido ayer a los 96 años, era el adalid de un cine esteticista aprendido de su maestro y amante Luchino Visconti.
Zeffirelli se inspiró en obras maestras de la literatura inglesa, así como en las grandes óperas, y su película más conocida, Romeo y Julieta (1968), es una adaptación de Shakespeare, igual que su Hamlet (1992, con Mel Gibson y Glenn Close), entre otros, que le valieron en 2004 el título de Sir en Inglaterra.
También dirigió una treintena de obras de teatro y óperas, hasta 2012.
Franco Zeffirelli nació en Florencia el 12 de febrero de 1923, de una relación entre una dibujante de moda y un comerciante de seda y lana. Hijo ilegítimo, rechazado por las dos familias, le pusieron un apellido sacado del aria Zeffiretti Iusinghieri, de la ópera de Mozart Idomeneo.
Su encuentro con el director de cine Luchino Visconti cambiaría su destino: se convirtió en su protegido y amante. Fue su ayudante en la realización de Bellissima (1951) y Senso (1954).
Su relación con Visconti fue volcánica, y acabó con una brutal ruptura, que Zeffirelli describió como muy dolorosa, pero que lanzó definitivamente su carrera artística.
Hacia el final de los años 50, Zeffirelli empezó una carrera de director de óperas en la Scala de Milán y el Metropolitan de Nueva York. Dirigió a María Callas en La Traviata, en Dallas en 1959, y Tosca, en Londres en 1964. En el cine adaptó La Traviata (1982) y Otelo (1986) de Verdi.
Hizo su primer largometraje, Camping, en 1958 y obtuvo su mayor éxito 10 años después con Romeo y Julieta, que recibió cuatro nominaciones a los Óscares, entre ellas, por mejor director y mejor película. Zeffirelli cuidaba tanto los decorados y los atuendos, que el crítico Henry Chapier afirmó que era el único capaz de crear en el cine el equivalente a los frescos del Renacimiento
.
Católico declarado, en los años 70 dirige dos películas de inspiración religiosa: Francisco y el camino del sol, sobre San Francisco de Asís, y la miniserie Jesús de Nazaret.
Sus convicciones religiosas lo llevaron a hacer campaña contra La última tentación de Cristo, de Martin Scorsese, cinta presentada en Venecia al mismo tiempo que su Toscanini, en 1988, antes de dar marcha atrás.
También se opuso al reconocimiento de las parejas homosexuales y fue uno de los raros artistas italianos en apoyar a Silvio Berlusconi, cuando el millonario se lanzó a la política al inicio de los años 90. Fue senador en la lista del magnate de la prensa de 1994 a 2001.
Casi centenario ya, el director italiano reconoció en marzo pasado, en entrevista con Il Corriere della Sera, el peso de los años.
La vejez es una enorme carga, pero sigo buscando ideas, para llevarlas a cabo (...) y eso al menos me ocupa
, dijo entonces el maestro.
También lamentó no haber podido llevar a cabo dos proyectos en su vida de director de cine: una película sobre el Infierno de Dante
, imposible de producir debido al inmenso costo de los efectos especiales, y un gran fresco sobre la vida y obra de los Médicis, la belleza misma, de la que yo ya dejaré de disfrutar un día
.