Domingo 16 de junio de 2019, p. 4
El mundo intelectual y los libros son un universo que ha estado presente en la vida de Jaime Labastida incluso en sus trabajos menos productivos
, como cuando se convirtió en vendedor de enciclopedias al egresar de la Facultad de Filosofía y Letras.
“Era extremadamente joven al salir de la facultad –recuerda– y, con ánimo de tener ingresos, trabajé como vendedor de casa en casa; no fue muy exitoso, ése ha sido uno de los aspectos menos productivos de mi actividad. En general, siempre he trabajado en lo que me ha gustado.”
El filósofo, poeta, ensayista y editor habla con La Jornada a propósito de sus 80 años, los cuales celebró este 15 de junio de manera íntima con una comida familiar, al lado de su esposa e hijos.
La Academia Mexicana de la Lengua, de cuya dirección se ocupó de 2011 a febrero de 2019, le rendirá un homenaje este domingo, que consistirá en una mesa redonda en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, a las 12 horas.
En tanto, la Universidad Autónoma de Sinaloa, entidad de la que es oriundo, lo festejará con la redición de su libro Animal de silencios, volumen con el que obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia en 1996 y que reúne su poesía completa.
En esta nueva edición, el autor agregó como subtítulo dos fechas: 1958-2018. La primera con gran significado para él, pues es el año en el que publicó su primer poema, Estaciones de un pueblo, en el suplemento cultural del periódico Novedades.
A ese libro se suma la publicación en estos días de otra obra suya, Lecciones de poesía, con Siglo XXI Ediciones, sello en el cual cumplirá el año próximo tres decenios como director.
Nacido en 1939 en Los Mochis, Sinaloa, Jaime Labastida se dice muy satisfecho por este trayecto de ocho décadas de existencia.
Me siento bien desde el punto de vista físico y mental; no tengo un achaque visible ni ninguna enfermedad grave, sólo los malestares propios de la edad, algunos problemas en las manos, un poco de artrosis, nada más
, comenta.
Me siento satisfecho de algunos poemas que he escrito, algunos libros que he hecho, lo mismo que de mi vida personal. Mi vida amorosa ha sido una vida productiva, al menos para mí. Tengo varios hijos, muchos nietos. En fin, mi vida personal es satisfactoria también.
Para el autor, resulta complejo determinar su predilección por la poesía o la filosofía, aunque asume que ambas expresiones son para él fundamentales. La primera, porque fue la manera con la que se acercó a la literatura; la segunda, porque le permitió ingresar a la docencia, actividad que ejerció desde los 21 años.
Una de las mayores satisfacciones para Labastida es su trabajo en Siglo XXI, editorial que recibió en quiebra en 1990 de manos de don Arnaldo Orfila y que hoy, dice, está bien económicamente, con problemas como todas las editoriales, pero vamos adelante
.