El gobierno de México planteó a la Casa Blanca que los flujos migratorios, como se presentan hoy día, no se modificarán sin apoyo internacional contundente, el cual es necesario para encontrar una solución para las miles de personas que están decidiendo dejar sus países de origen por la pobreza y las condiciones de inseguridad que enfrentan.

El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard Casaubon, detalló en rueda de prensa que durante su reunión con Jared Kushner, yerno y consejero del presidente estadunidense Donald Trump, así como con el secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, y diversos funcionarios de ese país, presentó una síntesis del Programa de Desarrollo para Centroamérica y el Sur de México, que incluye siete programas prioritarios para los que se busca inversión de Washington.

En un clima de descalificaciones a México por parte del presidente Trump y frente a las intenciones del Departamento de Estado de cortar toda ayuda económica a Honduras, Guatemala y El Salvador, la administración mexicana espera la réplica del gobierno vecino del norte.

No especularía la respuesta que va a tener la administración, entiendo que tienen un proceso político complejo aquí; sin embargo, creo que habrá que esperar a la valoración que ellos hagan de lo que hoy se les presentó, dijo Ebrard Casaubon, quien estuvo acompañado por la embajadora de México en Washington, Martha Bárcena.

Al respecto, un portavoz del Departamento de Estado dijo a la agencia The Associated Press que Estados Unidos está interesado en mantener el diálogo con México sobre maneras posibles de apoyar las recomendaciones formuladas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe en el plan de desarrollo.

El vocero agregó que Estados Unidos notificará a los tres países del Triángulo Norte de América Central los requisitos que deben cumplir antes de que se reanude la ayuda, después de que Trump ordenara suspender programas destinados a esas naciones por un costo de 450 millones de dólares correspondientes al año fiscal 2018 y una cantidad todavía sin determinar correspondiente a 2017.

Ebrard Casaubon expuso que si este plan no recibe apoyo internacional, será duro pensar que habrá las inversiones necesarias para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la región.

Argumentó que en México hay estados que crecen más de 4 por ciento y es estratégico que el sur de la República se incorpore a esta dinámica y, por consiguiente, las naciones centroamericanas puedan integrarse a una cuenca de desarrollo y prosperidad.

Aclaró que no se trata de un plan de asistencia, como se ha hecho en el pasado, sino de responder a las causas que están motivando a esas personas a dejar sus lugares de origen. Están creciendo los flujos migratorios y su razón principal son las condiciones sociales y de pobreza que hay.

Advirtió: Todas las medidas de contención que puedas hacer tienen un límite y a mayores medidas de contención tienes mayores flujos de migración, y no menos.

Tras su visita a Washington, donde no pudo concretarse la reunión con el secretario de Estado estadunidense, Mike Pompeo, la embajada mexicana, a cargo de Bárcena, tendrá el encargo de promover el plan entre congresistas.

Mientras, Ebrard Casaubon viajará el martes a Berlín, Alemania, para presentar esta estrategia –que requiere una inversión cercana a los 10 mil millones de dólares anuales– a países de Europa.