Managua. El paro general de 24 horas convocado ayer por la oposición al gobierno del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, para exigir la liberación de manifestantes presos, dejó calles y pueblos vacíos y aunque hubo sectores que laboraron con normalidad el consumo se vio afectado.

Pequeños negocios, algunos supermercados y colegios de Managua cerraron en apoyo al paro promovido por las coaliciones opositoras Alianza Cívica y Unidad Nacional Azul y Blanco, empresarios, organizaciones universitarias y el Comité de Familiares de Presos Políticos.

Farmacias y gasolineras abrieron, al igual que los bancos, que fueron amenazados por el gobierno con recibir sanciones si secundaban el paro, pero muchos establecimientos cerraron después del mediodía por falta de clientes.

La oposición consideró un éxito su convocatoria.

El gobierno ofreció liberar a todos los presos políticos a más tardar el 18 de junio, promover una reforma electoral para 2021 y fomentar la reconciliación y el retorno voluntario de los exiliados.

La vicepresidenta, Rosario Murillo, portavoz y esposa de Ortega, minimizó el impacto del paro, aunque sin aludir directamente a la protesta. En toda Nicaragua las familias realizamos las actividades cotidianas, destacó en sus declaraciones diarias por radio y televisión.

En el día se observó poco tránsito en las carreteras más importantes, pero las cooperativas de autobuses y taxis sí operaron, aunque con escasa demanda.

Tanto en León como en las ciudades de Chinandega, Camoapa, Masaya y Diriamba las radioemisoras locales reportaron poco movimiento comercial.

En tanto, el portal oficial El 19 Digital divulgó los resultados de una encuesta de la consultora local Sismo LIX según la cual 57.7 por ciento de la población aprueba el desempeño del presidente Ortega. El sondeo, realizado del 5 al 16 de mayo, indicó que 96.9 por ciento de la población quiere un país en paz, 97.6 desea estabilidad económica y 96.7 desea mayor seguridad para la ciudadanía.