El golpe de derecha que asestó Deontay Wilder en el rostro de Dominic Breazeale retumbó en Barclays Center de Brooklyn, en Nueva York. Lo detuvo con la izquierda y enseguida le clavó un golpe estremecedor que mandó al oponente a la lona. Fue en un sólo episodio. Mientras Breazeale yacía desmadejado en el suelo, Wilder se encaramaba en una esquina amenazante, es el campeón del mundo de los pesos pesados del CMB y parece que nadie puede hacerlo a un lado.

La pelea era esperada con ansiedad, sobre todo después del empate que tuvo ante Tyson Fury en diciembre de 2018. Si la pelea más esperada del momento es la de Wilder contra el campeón de la OMB, AMB y FIB, el británico Anthony Joshua, pero no llega, cualquier rival que se le ponga enfrente al estadunidense será una dosis para calmar la expectativa.

Regresaron los pesos completos, dice Mauricio Sulaimán, presidente del CMB, quien estuvo por la noche representando a su organismo; vuelve el esplendor que tuvieron en el pasado; hubo un vacío de al menos 15 años en la categoría para volver a vivir este clima emocionante por los pesos pesados; algo que recordaba a los mejores momentos de Mike Tyson.

Y muchos lo decían, primer episodio, una lluvia veloz y potente que estremecían a cualquier espectador. El nocaut tan pronto parecía un acto de humanidad.

Fue impresionante ver a Wilder, dice Sulaimán; sabe cuál es el momento adecuado para lastimar; el nocaut fue escalofriante, como aquellas imágenes del mejor Tyson.

Sulaimán considera que desde los noventa y principios de la década de 2000, cuando Lennox Lewis reinaba en la división de los pesados y despachaba a Evander Holyfield, Mike Tyson y Vitali Klitschko, no se veía este nivel ni esta emoción en la máxima categoría.

Esta evidencia de la supremacía de Wilder ha encendido las opiniones de la afición y la prensa especializada. Si Wilder es el mejor, por qué no enfrentar a quien ostenta los tres cinturones restantes en la división: Anthony Joshua

Wilder ha hecho nueve defensas del cinturón del CMB y hoy ha demostrado que domina la categoría, plantea; el enfrentamiento natural sería ante Joshua y ha manifestado que estaría dispuesto a viajar al Reino Unido para desafiarlo, pero en el equipo del británico han tomado decisiones equivocadas y no se ha concretado una de las peleas más esperadas en los últimos tiempos.

Lo que es un hecho para Sulaimán es que estamos ante el umbral de una nueva era de los pesos pesados, donde tanto Joshua como Wilder revitalizan esa categoría que tuvo nombres míticos como Muhammad Ali, George Foreman, Joe Frazier y Mike Tyson.

La presión del público es evidente, como en otras peleas históricas, así es que es una pelea que se dará tarde o temprano. Es inevitable, concluyó.