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Otra caravana monta a La Bestia
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▲ El tren que corre de Arriaga, Chiapas a Ixtepec, Oaxaca de nueva cuenta es abordado por migrantes que van a EU.Foto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 27 de abril de 2019, p. 11

Ixtepec, Oax., Unas 400 centroamericanos ayer abordaron el tren La Bestia, que circula de Arriaga, Chiapas, a Ciudad Ixtepec, Oaxaca, para continuar su viaje y llegar a la frontera norte del país. Esta la tercera ocasión en menos de 10 días que grupos en tránsito utilizan este medio de transporte.

Los defensores de la movilidad humana alertaron que esta práctica de abordar el ferrrocarril la vuelven a usar hacia Estados Unidos, pues desde 2014 con la entrada en vigor del Plan Frontera Sur –avalado por el gobierno de Enrique Peña Nieto–, se les había negado usar, lo que causó más violaciones a sus derechos humanos.

Los migrantes, en su mayoría hombres, que provenían de la estación de Tapachula y otros más de Mapastepec, Chiapas, descendieron en Ixtepec y recibieron agua y asistencia médica del grupo Beta del Instituto Nacional de Migración; posteriormente fueron alojados y alimentados en el albergue Hermanos en el Camino, fundado por el sacerdote católico Alejandro Solalinde.

Los hermanos hondureños, José y Anthony Rodríguez, explicaron que tuvieron que abandonar la caravana que inicialmente los condujo a territorio mexicano desde su país, debido a que fueron separados en la garita migratoria de Tapachula, Chiapas, en donde vivieron hacinamiento.

Cuando vimos que eramos demasiados decidimos abandonar la estación migratoria y avanzar, hemos caminado mucho desde hace una semana, traemos los pies cansados y con ámpulas, vamos a descansar en el albergue del padre Solalinde y después seguir el camino al norte.

Dijeron que abandonaron Honduras y a sus familiares porque eran perseguidos por las bandas que operan en su país y por eso no pueden volver, pues sí lo hacen corren el riesgo de ser asesinados.

Vamos a Tijuana, ahí tenemos un tío que nos está esperando, queremos llegar a California y trabajar, nuestros padres viven también mucha pobreza. En Honduras ser joven es ser nada, dijo José.