banda de locos, lamenta Lula
Sábado 27 de abril de 2019, p. 24
Río De Janeiro. Desde la superintendencia de la policía federal en Curitiba, donde sentenciado sin pruebas cumple una condena de ocho años y 10 meses de prisión por un caso de corrupción relacionado con la constructora OAS, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (2002-2016) afirmó que Brasil es gobernado por una banda de locos
.
El país no se lo merece y principalmente el pueblo no se merece esto
, reflexionó Lula, con actitud carismática y vital, en referencia al gobierno del actual mandatario, el neofascista Jair Bolsonaro. El líder del Partido de los Trabajadores instó al presidente conservador: o construye un partido sólido o no perdura
.
El ex mandatario dio estas declaraciones en entrevistas exclusivas al diario local Folha de Sao Paulo y a la versión brasileña del rotativo español El País. La entrevista, pedida el año pasado por los dos medios informativos, fue autorizada por la justicia y es la primera que Lula concede desde que fue detenido el 7 de abril de 2018.
El petista está preso en una celda especial de 15 metros cuadrados luego de que un tribunal de segunda instancia ratificó la condena del ex juez Sergio Moro, actual ministro de Justicia de Bolsonaro, quien lo declaró culpable de haber recibido un apartamento en la ciudad de Guarujá como soborno de la constructora OAS para obtener contratos con la estatal Petrobras.
Sobre su sentencia, dijo: Reafirmo mi inocencia, que se probó en diversas acciones
, y aclaró: Estoy obsesionado por desenmascarar al juez Moro y a aquellos (como el fiscal Deltan Dallagnol) que me condenaron. Quiero probar la farsa que se montó en el Departamento de Justicia de Estados Unidos
.
Lula confesó que en estos meses en la cárcel los momentos más graves
fueron la muerte de su hermano Vavá, a inicios del año, y de su nieto, Arthur Araújo Lula da Silva, de siete años, ocurrida a inicios de marzo pasado.
Sé muy bien qué lugar me reserva la historia. Y sé también quién estará en el basurero
, puntualizó.
En otro orden, miles de indígenas brasileños cerraron su protesta anual en Brasilia con una marcha contra las políticas de Bolsonaro que, denuncian, favorece el avance de la actividad minera y agropecuaria en sus territorios ancestrales.
Colorida, como desde que empezó a celebrarse hace 15 años, esta nueva edición del Campamento Tierra Libre, que reunió desde el pasado miércoles a nativos de las cinco regiones de Brasil, se celebró en un contexto de mayor tensión por las políticas aplicadas y anunciadas desde que el ex militar de 64 años asumió la presidencia en enero.
Pero tanto, la marcha de este viernes como las actividades de los días precedentes se desarrollaron sin incidentes, a pesar de la seguridad reforzada en la capital por órdenes del Ejecutivo.
Armados con arcos y fechas y ataviados con coloridas plumas, collares y grandes tatuajes, los nativos, que representan cerca de 0.4 por ciento de los 209 millones de brasileños, desfilaron por la Explanada de los Ministerios, la gran avenida que desemboca en la Plaza de los Tres Poderes.
Con cánticos, danzas tradicionales y consignas, reivindicaron el derecho a la tierra y a la educación, protestaron contra la municipalización de la salud y contra los planes de Bolsonaro de flexibilizar los controles para la explotación económica de la Amazonia y sus amenazas a las demarcaciones indígenas.