Morelia, Mich., Antes de designar al alcalde sustituto de Nahuatzen, el Congreso local debe determinar si hay garantías para la gobernabilidad. De no haber clima de paz y tranquilidad, y de existir riesgo de violencia se debería declarar la desaparición del ayuntamiento e integrar un concejo ciudadano, señaló ayer Antonio Soto Sánchez, coordinador de la bancada perredista del Congreso local.

Luego del asesinato del alcalde perredista David Otlica Avilés, el Poder Legislativo deberá designar presidente municipal sustituto o su equivalente, como un concejo comunal en un periodo de 30 días.

Pero para Soto Sánchez, también dirigente estatal del PRD, existe la posibilidad de elegir autoridades por el principio de usos y costumbres debido a que el ayuntamiento electo en julio de 2018 por el sistema de partidos políticos gobierna apenas para 30 por ciento de los habitantes del municipio.

Es necesario el consenso de las comunidades del municipio que se rigen por usos y costumbres y que ejercen de manera directa el presupuesto que les corresponde demográficamente. Por eso, para designar a un alcalde sustituto se necesita el consenso de los ciudadanos de Nahuatzen, no de las fuerzas políticas que conforman el Congreso del estado.

Independientemente de que al PRD le corresponda proponer a un alcalde sustituto, ante la ausencia definitiva de David Otlica, hay cuatro concejos ciudadanos en el municipio que gobiernan a la mayoría de los habitantes y que manejan de manera directa su presupuesto y no deben ser ignorados, subrayó Antonio Soto.

En este ánimo de conciliación, el Consejo Ciudadano Indígena de Nahuatzen (CCIN) respaldó la posición de Soto Sánchez respecto de desaparecer el ayuntamiento purépecha y designar a las autoridades comunales por usos y costumbres, de lo contrario el conflicto podría agudizarse, afirmó Efrén Avilés, vocero de la organización civil.

Avilés comentó que de ser aprobado por el Congreso local un gobierno por usos y costumbres se requerirá un consejo intercomunitario integrado por los pueblos de Nahuatzen, Sevina, Arantepacua y Comachuén, que a su vez cuentan con sus propios concejos y administran la parte proporcional del presupuesto que les corresponde, así como por las comunidades de San Isidro, La Mojonera, Turícuaro y otras tres rancherías.

Lo que sería un grave error es dejar al frente de la alcaldía a la síndico María Elena Avilés Alendar, quien ha promovido la violencia y tras el homicidio del alcalde David Otlica, acusó al CCIN de ser el autor del delito, subrayó Efrén Avilés, tras señalar que ella es la responsable de que tres de sus compañeros (entre ellos dos consejeros) estén presos desde noviembre pasado luego de haberles inventado delitos.

Recordó que Nahuatzen, Sevina, Arantepacua y Comachuén no permitieron instalar casillas en los comicios de julio pasado, y por ende nunca reconocieron a Otlica como alcalde, quien obtuvo la presidencia municipal con menos de 30 por ciento de los votos.