Históricamente, las condiciones laborales de las empleadas del hogar han sido determinadas por la buena voluntad de sus patrones. Ellos deciden cuánto pagar y si lo hacen a tiempo, lo mismo que si les dan vacaciones, aguinaldo o seguridad social.

Catalina Beristai Zamora, de 60 años, es una de las 2.3 millones de trabajadoras del hogar que hay en el país y que ha laborado sin garantías. En su último empleo, por 14 años de servicio le dieron 10 mil pesos de liquidación, los cuales aceptó porque sabía que de no hacerlo se iría con las manos vacías.

Además, demandó a otra de sus empleadoras con quien trabajó cerca de 15 años, pues sin más justificación la corrió y antes de hacerlo la hostigó laboralmente. (Por) cualquier detalle me reclamaba: que si había una manchita aquí o allá; después me decía que ya se le estaban perdiendo cosas, refirió en entrevista.

Ana Laura Aquino Gaspar ha laborado en el hogar por más de 20 años; empezó a los 13 años. En una de las primeras casas a las que llegó no tenía dónde dormir y la dejaban en el sillón. En otras, no le daban alimento y si se enfermaba debía pagar la consulta del médico y sus medicinas, además de no faltar al trabajo.

Sin embargo, estas realidades podrían cambiar. El martes pasado, en el Senado se dio otro paso más para garantizar los derechos de las trabajadoras del hogar, y ambas celebraron los cambios con la esperanza de que pronto sea una realidad para su vida laboral.

Organizaciones que defienden las garantías de este sector de la población también reconocieron el avance. Tania Turner, coordinadora de programas en Fondo Semillas, aseveró que es una victoria y hecho histórico que se legisle para que las trabajadoras domésticas tengan derecho a un contrato, descansos semanales, vacaciones, aguinaldos y pago de horas extras, así como seguridad social. Ahora, agregó, la batalla que también se ha estado dando es en el cambio cultural para terminar con el estigma que tiene este oficio y verlo como un trabajo digno, que es una alternativa para cualquiera de nosotros.

Marcela Azuela, fundadora de Hogar Justo Hogar, destacó la importancia de que la reforma haya sido aprobada por unanimidad. Las trabajadoras del hogar estaban discriminadas incluso en la ley: en su capítulo 13, como estaba redactado ellas podrían laborar mucho más horas de lo que se pide al resto de trabajadores. Recordó que todavía falta por aprobar la ratificación al convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo.