El coloquio alusivo a 500 años del desembarco del personaje no es para celebrar la caída de Tenochtitlan, sino para recordar un hito que aún depara sorpresas, aclara historiadora
general de las cosas de Nueva España: libro XII de la conquista de México. Códice Florentino de
Bernardino de Sahagún
Martes 16 de abril de 2019, p. 5
Más que un conquistador ligado a la Edad Media o parecido a un señor feudal, Hernán Cortés fue un hombre del Renacimiento, con muchos contactos y proyectos que iban más allá de sólo colonizar, sostiene la historiadora Aurora Díez-Canedo Flores.
La catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es una de las organizadoras –junto con su colega José Manuel Chávez, del Instituto Nacional de Antropología e Historia– del coloquio 500 años del desembarco de Hernán Cortés: 1519-2019, que se efectuará del 6 al 9 de mayo en el Instituto de Investigaciones Filológicas (IIF) de la UNAM y en la dirección de Estudios Históricos del INAH, con la participación de más de 40 especialistas.
La investigadora aclara, en entrevista con La Jornada, que el encuentro académico no es para celebrar la Conquista, sino para recordar un acontecimiento que a 500 años aún depara muchas sorpresas.
‘‘Nuestro coloquio partirá de enfoques filológicos, arqueológicos y antropológicos, por lo que conoceremos investigaciones recientes en esos campos, no todas centradas en la caída de Tenochtitlan, que revelarán otros matices de lo ocurrido con la llegada de los españoles.
‘‘Veremos, por ejemplo, las redes epistolares que mantuvo Cortés, las cuales nos muestran que no vino a destruir una civilización; no fue su finalidad, aunque sí a hacer a los indios vasallos de la Corona española y mantenerlos para explotar la tierra, que es cuando se inicia toda la política de encomiendas y la legislación respectiva.
‘‘Para la mentalidad de la época, la preocupación estaba centrada en integrar a las poblaciones originarias en calidad de nuevos cristianos, o cristianos recuperados, en compensación por las pérdidas a causa del surgimiento del protestantismo en Europa. Todo esto recién sale a la luz y nos va a dar una imagen distinta de la Conquista”. Desde la academia, continúa la historiadora, se indaga en documentos aún desconocidos, ‘‘por ejemplo, en la primera carta de Hernán Cortés que sigue desaparecida. Hay hipótesis, de colegas como María del Carmen Martínez, de la Universidad de Vallado-lid, quien participará en el coloquio, que afirman que la carta sí exis-tió y estuvo en manos españolas, pero no ha aparecido.
‘‘También hay material, que ha visto la luz recientemente, que nos muestran a un Cortés más allá del simple conquistador, sin dejar de lado, por supuesto, a los académicos con un punto de vista muy indigenista que siguen poniendo en primer plano la destrucción de las culturas originarias y las lenguas.
‘‘Se trata de temas que en estos días se politizan y crean polémica, pero recordemos al maestro Edmundo O’Gorman, quien decía: ‘a los muertos no hay que regañarlos, hay que comprenderlos’.
‘‘Es decir, hay que tratar de recuperar la visión del historiador que no juzga para ser más ecuánimes y distanciarnos un poco. Es cierto que es difícil leer a Bartolomé de las Casas y no volverse un admirador suyo, y de Cortés impresiona su personalidad, por ejemplo, al escribirle directamente al rey. Hay que estudiarlo, pero con una visión contextualizada.’’
Por una visión que incluya los aportes de los expertos
‘‘El reto –prosigue Díez-Canedo– que tenemos los profesores-investigadores, la categoría preponderante entre los académicos de la UNAM, es transmitir a nuestros alumnos una visión que incorpore las aportaciones de los especialistas, lo que se presenta y discute en congresos dentro y fuera del país sin perder la visión general como se plantea en los programas de los cursos. Estar al tanto de lo que se publica en el campo o área al que cada quien se dedica implica una tarea constante de actualización.
‘‘Ayuda mucho Internet pero sobre todo los contactos con investigadores de otras latitudes y el trabajo de campo de los que nos dedicamos a las humanidades que consiste en consultar otros acervos y bibliotecas.”
Aurora Díez-Canedo presentará en el coloquio una ponencia en torno a los nuevos libros que analizan, entre otros aspectos, cómo continuó en México la herencia de Cortés en sus descendientes.
‘‘También se desarrollan estudios acerca de la figura de Martín Cortés, primogénito del conquistador y de Malintzin. En España, María del Carmen Martínez encontró todos los documentos que hablan de cómo fue la infancia y juventud de este niño nacido en 1523, en Cuernavaca. Cortés se lo lleva a la batalla de Argel en 1540 y regresa aquí ya casado; en la Nueva España nacen sus hijos, los nietos de Cortés. Martín se relaciona con los descendientes de los otros conquistadores, es un episodio muy interesante que ahora conocemos.
‘‘Son proyecciones que van más allá de centrar toda la atención en el gran acontecimiento o en el personaje al que se quiere definir como héroe o villano. Los datos hacen ver a Cortés simplemente como una persona de su tiempo, fue osado, es cierto, pero nunca se durmió en sus laureles, o no lo dejaron, hasta el final estuvo peleando en el terreno administrativo y burocrático de la Corona española, sobre todo para dejar seguros a sus hijos”, concluye la investigadora.
El coloquio 500 años del desembarco de Hernán Cortés: 1519-2019 surgió de una iniciativa conjunta entre Mario Humberto Ruz Sosa, director del IIF, y Eugenia del Valle Prieto Ortega, directora de Estudios Históricos; es interdisciplinario; refleja el trabajo histórico-literario-lingüístico-arqueológico de los investigadores de ambos centros, con especialistas de las distintas regiones donde el INAH tiene sedes; por parte de la UNAM acuden tres investigadores de la ENES-Morelia, y de invitados, María del Carmen Martínez Martínez, de la Universidad de Valladolid, y W. George Lovell, de la Universidad de Mc Gill-Queens, Canadá.