Lunes 25 de marzo de 2019, p. 3
Su grito de lucha llega a las entreñas de Palacio Nacional: Vivos se los llevaron, vivos los queremos
. Por fin se levanta un halo de esperanza. La palabra empeñada desde la más alta investidura institucional para resolver la grave crisis expresada en la desmesurada cifra de 40 mil desaparecidos en México les genera una optimista sensación tras años de incertidumbre. Aunque dejan muy en claro: sólo resultados y acciones que lleven a la verdad y a la justicia los hará creer nuevamente en las instituciones.
Decenas de familiares de personas desaparecidas atestiguan la ceremonia de relanzamiento del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas. Sí, hay confianza por la posición asumida por el presidente Andrés Manuel López Obrador y su gobierno frente al tema, pero esto no será un cheque en blanco. Lo principal es que comiencen a encontrar a nuestros desaparecidos
, valoran.
Su incasansable lucha comienza a tener respuesta. Hacen suyo el salón Tesorería de Palacio Nacional. Su palabra se escucha en el estrado y también con resonantes voces entre el auditorio. Su labor y empeño son reconocidos por todos los funcionarios que toman turno al micrófono. Los familiares de las víctimas dejan patente una de sus principales demandas: Sin las familias, no
. Al tiempo que carteles y fotografías con los rostros de sus seres queridos ausentes colman la escena.
El discurso presidencial genera confianza. En cinco ocasiones es aplaudido de manera unánime. La aclamación más estruendosa se da al rubricar el jefe del Ejecutivo federal su compromiso de que no habrá techo financiero para atender el problema de los desaparecidos.
Edna Dolores Rosas Huerta, del colectivo Solecito de Veracruz, toma la palabra en nombre de las miles de familias afecatadas. Celebramos con enorme esperanza la reinstalación del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Gobiernos anteriores han respondido con indolencia, por lo que reconocemos hoy el valor y la importancia de que usted, el día de hoy, esté aquí, señor Presidente, frente a nosotros, para reconocer esta crisis y escucharnos
.
Destaca la disposición del gobierno federal para implementar medidas novedosas
contra esta problemática, como la instalación de la Comisión Presidencial para el Caso Ayotzinapa. Ese ejemplo, esperamos inspire medidas que lleven a la verdad y la justicia para los 43 normalistas y para miles de casos más
.
La magnitud de la crisis los hace conscientes de que los resultados no serán rápidos. Saben que la paciencia será, como hasta ahora, uno de sus mejores aliados. Pero el mensaje que Rosas Huerta deja al mandatario federal es claro: Su gobierno, señor Presidente, puede ser recordado por sentar las bases de un cambio firme y una nueva esperanza
.
Entre los asistentes alguien esboza una metáfora. Las familias no sólo han cavado con picos y palas en terrenos para hallar fosas clandestinas. También han perforado en el seno de las instituciones para evidenciar la imperante corrupción e impunidad en el país. Su encomiable labor es reconocida durante toda la ceremonia. No hay discurso ni entrevistado que no haga referencia a ello.
No hay forma de reprocharles nada. Ni siquiera cuando alguno interrumpe al Presidente, quien comprometía a los gobernadores a trabajar en el tema. El de Tamaulipas ni siquiera vino
, es el reproche entre el auditorio. Minutos antes, otra voz se levanta cuando el mandatario coahuilense, Miguel Ángel Riquelme, concluye su participación en nombre de la Conferencia Nacional de Gobernadores. Coahuila es una gran fosa de personas desaparecidas
, le espetan.