Disuadir o perseguir
ompartiré con ustedes mis experiencias y reflexiones de los trabajos de la Fiscalía Electoral. Serán varios artículos.
En este intento, describiré el marco de esta institución de cara a las elecciones del próximo 2 de junio que van aproximándose mientras la gente se ocupa de otros temas.
Actualmente la Fiscalía Electoral sobrevive con la inercia de sus 25 años, pero después de las elecciones de 2018 sus directivos renunciaron. La institución ha quedado a la deriva. Se tendrá que hacer un gran esfuerzo para reorganizarla. En éste, como en casi todos los organismos del gobierno federal, donde se pone el dedo salta la pus.
Antes de iniciar una tarea deben depurarse las instituciones. La única forma de que la antes llamada Fepade adquiera prestigio es cumpliendo con el propósito político de acabar con el fraude electoral para abrir la puerta a la democracia en México. Si los fraudes se siguen cometiendo nadie creerá que es un instrumento efectivo.
En los próximos comicios no habrá proceso electoral federal. Sin embargo, la Fiscalía Electoral intervendrá en Puebla, donde se dará una fuerte competencia por la gubernatura. La fiscalía actuará como el órgano encargado de la persecución de los delitos electorales. Además tendrá presencia en Baja California, donde habrá una elección histórica a gobernador, y otras cuatro entidades: Aguascalientes, Durango, Quintana Roo y Tamaulipas.
Si existen indicios de fraude electoral esperamos identificarlos en sus primeros síntomas y disuadir a los que quieran cometerlo o perseguirlos enérgicamente si no comprenden que los tiempos cambiaron. El gobierno federal estará ahora en contra del fraude electoral, no a favor. Eso cambia el escenario.
Colaboró: Mario Antonio Domínguez