Lourdes Juárez llegó al boxeo protegida por la sombra de su hermana, la pionera Mariana, La Barby. De ella aprendió todo lo que sabe de este deporte y del negocio que se cierra sobre escritorios.

“Ser hermana de La Barby Juárez no me ha afectado, como a los júniors”, reconoce Lourdes en relación con la dudosa carga que ha significado ser hijo de figuras del deporte; me ayudó a llegar adonde estoy y es una fortuna tenerla en mi esquina, así que nunca me ha pesado, porque además empiezo a hacer mi carrera cada vez más independiente.

Lulú venció el sábado a la venezolana Leiryn Sandoval por nocaut técnico en la arena Coliseo, pero está a la espera de que le confirmen que disputará el título mosca del Consejo Mundial de Boxeo, en posesión de Ibeth Zamora, para lo cual ganó el derecho tras una eliminatoria.

Creo que voy a tener una pelea más, pero ya gané la eliminatoria para el título que tiene Ibeth Zamora, explica; “pelear ante una guerrera como ella terminaría por hacer de una vez independiente mi carrera. Dejar de ser la hermana de La Barby y ser simplemente Lourdes Juárez”.

A Zamora la apodan La Roca por la fiereza con la que pelea, sin menguar ni dar un paso atrás. Lourdes está convencida de que llegó al punto en el que puede enfrentar a una rival de ese calibre.

De qué sirve pelear y ganar si no puedo medirme ante las más temidas, dice Lourdes; una campeona o una aspirante debe enfrentar a las mejores e Ibeth es sin duda una de ellas; sé que es un reto peligroso, pero para eso he trabajado estos años.

Sin fingir, admite que incluso a la hora de negociar contratos tuvo la asesoría de su hermana y los promotores le dieron un trato más equitativo. Incluso que los seguidores de La Barby terminaban de su lado. Pero cree que hoy se ha abierto una brecha personal, con sus propios aficionados, que esa cuenta crecería de enfrentar una pelea fuerte y ante una rival con buen nombre como La Roca.