A los 94 años falleció la luchadora social Luz María Longoria Gama, fundadora del Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) y quien formó parte del Concilio Vaticano II donde participó como consejera laica.

La noticia fue difundida en redes sociales por el Cencos y por su hijo, el senador Emilio Álvarez Icaza Longoria. En su cuenta de Twitter, el legislador escribió: Les comparto que hoy (3 de marzo) en la madrugada mi madre, Luz Longoria Gama, partió a la casa del Dios de la vida y el amor. Una mujer solidaria, luchadora y de un testimonio admirable de amor y esperanza.

También en esa red social la organización civil dejó un mensaje: “Hoy despedimos a Luz María Longoria, presidenta vitalicia y fundadora de @Cencos. Ella defendió el derecho de todas y todos a que su voz fuese escuchada”.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos también lamentó el deceso y expresó sus condolencias al senador Álvarez Icaza y a su hermano Luis, director del Instituto de Ingeniería de la UNAM, así como a familiares y amigos.

En 1964 Longoria Gama y su esposo, José Álvarez Icaza Manero, dieron forma al Cencos, que en principio estuvo ligado con la Iglesia católica y a la difusión de su mensaje y postura. Sin embargo, esa relación duró pocos años, pues en 1968 se fracturó por el silencio de la jerarquía eclesiástica ante la represión sufrida por los estudiantes el 2 de octubre.

Así, el objetivo inicial de difundir información eclesiástica en los medios de comunicación con el tiempo se convirtió en una alternativa a los nulos espacios que tenían las organizaciones de la sociedad civil para hacer públicas sus denuncias, labor que hasta hoy continúa el Cencos.

En información difundida por esa organización la tarde de ayer, se señala: “Su solidaridad la ejerció también en la casa familiar, donde recibía incondicionalmente a grupos y personas en busca de apoyo. Convirtió el hogar familiar en casa de puertas abiertas. Fue esposa, madre, suegra, abuela, amiga y camarada ejemplar (...) Inquieta intelectualmente era una lectora ávida, siempre preocupada por los asuntos de la vida pública. A sus 94 años emprendió el aprendizaje de la lengua náhuatl (...) Buen camino a casa querida Luzma (como la llamaban quienes estaban cerca de ella)”.

Longoria Gama y Álvarez Icaza Manero formaron parte del Movimiento Familiar Cristiano y como pareja acudieron al Concilio Vaticano II (que se desarrolló en cuatro sesiones entre 1962 y 1965) en calidad de consejeros laicos.

“La participación de ambos como auditores laicos en el Concilio fue fundamental para la construcción del esquema XIII de la Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo Gaudum et spes.”