Martes 12 de febrero de 2019, p. 30
De 2006 a 2014 las demarcaciones Tláhuac, Gustavo A. Madero e Iztapalapa perdieron 51.1, 23.6 y 22.5 por ciento, respectivamente, de su superficie forestal, debido a la tala ilegal y la invasión de terrenos protegidos, entre otros factores.
Frente a esta situación, la diputada Teresa Ramos Arreola presentó la iniciativa Ni un árbol menos en el Congreso de la Ciudad de México, la cual establece que en la elaboración de cualquier programa de desarrollo urbano, cuando se trate de suelo de conservación, la Secretaría de Medio Ambiente deberá emitir una opinión sobre el caso.
Está opinión tendrá el carácter de obligatoria, definitiva y vinculatoria para evitar que los bosques de la Ciudad de México sigan disminuyendo su cobertura.
La legisladora del Partido Verde Ecologista de México propuso que las autoridades competentes, incluido el Congreso local, desechen cualquier iniciativa que proponga cambiar el uso de suelo y urbanizar en suelo de conservación, así como cambiar la zonificación en áreas verdes, en espacios abiertos o en bienes del dominio público de uso común de la ciudad.
Ramos Arreola expresó su confianza en que la iniciativa Ni un árbol menos se apruebe en este segundo periodo ordinario de sesiones del Congreso.
Asimismo, celebró la inversión que destinará el Gobierno de la Ciudad de México para conservar cuatro áreas naturales protegidas: el cerro de La Estrella y la sierra de Santa Catarina, en Iztapalapa; la sierra de Guadalupe, en Gustavo A. Madero, y el parque Ecológico de la Ciudad de México, en Tlalpan.
La legisladora afirmó que la incorporación de miradores, senderos, control de erosión, jardines de polinizadores y cactáceas, además de casetas, accesos y baños en dichas áreas naturales, generarán espacios sanos para el disfrute de los capitalinos.