Más de mil 620 millones de personas en el mundo sufren anemia, principalmente por deficiencia de hierro. Este síndrome impide que la sangre lleve suficiente oxígeno a todo el organismo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 293 millones de niños de cuatro años de edad y 305 millones de cinco años o más la padecen, mientras que las mujeres no embarazadas con este mal suman 468.4 millones, y hay más de 164 millones de ancianos afectados.

Hematólogos especialistas de la Secretaría de Salud (Ssa) y del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) destacaron que en México la anemia es un padecimiento común, pero pocos pacientes detectan que tienen el síndrome en etapas tempranas, lo que es preocupante en el caso de los menores de cinco años.

Adolfina Bergés, hematóloga pediátrica del IMSS, destacó que no se tienen cifras exactas en México, pero se estima que entre 30 y 40 por ciento de la población de 129 millones tienen deficiencia de hierro y de otros nutrientes, que es el la antesala de la anemia.

Destacó que la lactancia materna para los recién nacidos es fundamental para evitar que durante su desarrollo se tenga mayor propensión a enfrentar la enfermedad en cuestión, pues en muchos casos se asocia a una dieta poco balanceada, aunque en las mujeres no embarazadas se puede generar por anomalías en sus periodos menstruales.

En el caso de los niños, principalmente menores de cinco años, los expertos destacan la importancia de atender el síndrome anémico con una dieta balanceada.

Al respecto, Clara Colocia Navarro, experta en nutrición, destacó que los menores, a diferencia de los adultos, tienen un gasto energético constante, porque siempre están en movimiento y están en crecimiento.

Ahí la deficiencia de hierro pueden tener efectos muy adversos, sostiene, pues ocurre una falta de energía, como ocurre con los niños que llegan a la escuela sin desayunar, pero también tienen deficiencias en su aprendizaje, porque requieren fuentes de carbohidratos y proteínas, que son dos de los elementos que necesita tener una dieta sana.

Agregó que no sólo se deben balancear correctamente las fuentes de energía y nutrientes, también resulta necesario mantener una adecuada combinación de alimentos, porque no podemos ingerir la mayoría de los carbohidratos por la noche, cuando volvemos de trabajar y consumimos mucho pan, tortillas o frutas, porque ya no hay forma de quemar esa energía, a diferencia de si lo consumen de día.

Entre los ancianos, quienes también se ven afectados en elevado índice por la anemia, requieren cuidar su alimentación y no considerar que por su edad y falta de actividad física ya no requieren de una dieta adecuada, rica principalmente en proteínas para conservar su masa muscular, que es muy importante en esta etapa de la vida donde ya no se pueden regenerar.

Mónica Tejeda, hematóloga del Hospital Juárez de México, enfatizó que en los países en desarrollo se presentan más casos de anemia carencial o por falta de hierro, vinculada a la malnutrición, por lo que en nuestro país un porcentaje no menor de quienes enfrentan este síndrome, viven en pobreza.

Agregó que la anemia nos alerta de otros posibles padecimientos que están generando esta deficiencia, y que deben ser atendidos para solucionar el síndrome, entre ellos, el garantizar que el paciente tenga una dieta rica en hierro, con las diferentes fuentes de nutrientes como son las animales, como la carne de res, las vegetales como hortalizas de hoja verde y los frutos secos, entre otros alimentos, ejemplificó la facultativa.