A 20 años de entrar en operación, el sistema Compranet enfrenta debilidades que afectan las contrataciones públicas, por lo que no ha podido garantizar la obtención de los mejores costos e incluso se registran sobreprecios que dañan la hacienda pública; se han encontrado vacíos que permiten la participación de empresas fantasma y no hay un sistema amigable para que el uso de tecnologías aliente el control social, sostuvo la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval.

Al recibir el informe de seguimiento sobre la reforma de Compranet elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Sandoval reconoció que de origen fue un buen instrumento, pero ahora enfrenta insuficiencias. Reconoció la necesidad de modificar su operación porque, entre otras cosas, no permite asociar los contratos a las partidas presupuestales con que se financia la adquisición y, en consecuencia, tampoco deja identificar prácticas de corrupción.

Barrera a microempresas

El secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, afirmó que las contrataciones públicas son un elemento vital para la acción de gobernar y transformar políticas públicas, pero también impactan en la credibilidad y la confianza social en los gobiernos. Subrayó que desde el inicio de la reforma a Compranet –impulsada a principios de 2018– se han instrumentado cambios, pero aún hay deficiencias.

Consideró que el actual diseño del sistema se ha vuelto una barrera para la participación de las pequeñas y medianas empresas que deben depender de que las grandes compañías que concursan en las licitaciones las inviten a involucrarse en las cadenas de valor.

Gurría planteó que a través de los órganos internos de control se promueva y verifique el uso más intensivo de Compranet para convertirlo en un instrumento poderoso, que si bien no va a resolver todos los problemas de las contrataciones públicas ni contener todas las compras que se realicen, sí puede incorporar un amplio espectro.

Sandoval destacó que en su origen Compranet permitió cumplir requisitos internacionales de contratación, pero en la actualidad ya no asegura la eficacia que se exige para el control de las contrataciones. Agregó que el sistema favorece irregularidades que se asocian a actos de corrupción por cuestiones como el incumplimiento en los plazos legales para la licitación y donde algunos funcionarios los cierran con antelación, así como la existencia de sobreprecios, sobornos o la evasión fiscal, que deben terminarse.

Consideró que si bien Compranet tuvo un alentador inicio, ahora ya no cuenta con las características para convertirse en un verdadero control para las compras públicas, y requiere diseños más amigables para fortalecer el seguimiento ciudadano e inhibir la corrupción.