Analiza investigador si el crecimiento inmobiliario tiene nexos con temblores
Jueves 3 de enero de 2019, p. 29
Cuando un sismo de gran magnitud ocurre, sobre todo en las costas del Pacífico, el subsuelo del valle de México resiente la llegada de sus ondas, lo que puede provocar que las fallas prexistentes se activen y desencadenen movimientos de baja magnitud, dijo Luis Quintanar Robles, del Instituto de Geofísica (IGf) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Hoy en día tiembla igual que antes, pero nuestra capacidad de detección ha aumentado en los años recientes, por eso se reportan más sismos de baja magnitud dentro del Valle de México
, indicó el investigador del Departamento de Sismología del IGf.
En un comunicado, la UNAM señaló que la causa principal de los sismos de baja magnitud son las fallas geológicas activas en el subsuelo de la capital del país. Los movimientos telúricos ocurren sobre fallas prexistentes, y para que haya un temblor en un determinado punto debe haber abajo una falla activa.
El valle de México está atravesado por una serie de fallas –ya cartografiadas por el Instituto de Geología (IGL) de la UNAM– que cuando son activadas por acumulación de esfuerzos, dan lugar a la sismicidad local, explicó Quintanar Robles.
Se ha dicho que el desmedido crecimiento inmobiliario de los últimos tiempos en esta urbe podría tener algún nexo con la ocurrencia de estos sismos. Al respecto, Leonardo Ramírez, investigador del Instituto de Ingeniería (II), realiza un estudio para saber si la intensidad con que la gente los siente está influida por la proximidad de grandes edificios.
En esta investigación sobre lo que se llama interacción suelo-estructura, Ramírez ha observado que las estructuras de los grandes edificios pueden dar origen a una diferencia en la manera de sentir los sismos en sus inmediaciones
, refirió Quintanar Robles.
Y añadió que estos sismos locales son de baja magnitud debido a que la longitud de las fallas que los originan no es tan grande como la de las fallas localizadas en las costas del Pacífico.
Por otro lado, cuando un sismo de gran magnitud ocurre fuera del valle de México, especialmente en las costas del Pacífico, el subsuelo de la capital resiente la llegada de sus ondas, lo que puede provocar que las pequeñas fallas prexistentes se activen y desencadenen los sismos de baja magnitud que se sienten después.