Locatarios de la zona de La Merced, artistas plásticos, empresarios y el Centro Cultural Casa Talavera realizaron un mural de 870 metros cuadrados en la calle de Juan Cuamatzin 2, esquina Anillo de Circunvalación, trabajo comunitario que representa la tradición de los comerciantes y habitantes de una de las zonas de abastecimiento más importantes de Ciudad de México.

Con el título El corazón de La Merced, el proyecto contó con el auspicio de la Fundación ORB y el Programa de Espacios Públicos de Casa Talavera, institución que, entre otras iniciativas, desde hace cinco años trabaja en el perímetro B (Congreso de la Unión, Fray Servando Teresa de Mier, Anillo de Circunvalación y Emiliano Zapata ), luego del incendio ocurrido en 2013 dentro del emblemático mercado, que afectó a unos mil 200 locatarios y que hasta la fecha no han podido recuperar totalmente su espacio de trabajo.

De acuerdo con Joaquín Aguilar Camacho, funcionario del Centro Cultural Casa Talavera, ese incendio profundizó en su momento los problemas comunitarios que había en la Nave Mayor. Lo interesante es que fueron los mismos locatarios los que solicitaron a Casa Talavera, por conducto de Radio Bocina Aguilita, trabajar en la zona y de cierta manera restablecer el tejido comunitario.

La idea fue desarrollar un modelo participativo y de corresponsabilidad ciudadana, explicó Aguilar Camacho. La gente inmediatamente hizo suya la propuesta y se fue generando un proceso de organización comunitaria entre los comerciantes; participaron los locatarios de los ocho mercados de la zona de La Merced, no sólo de la Nave Mayor. Algo que pensamos no había pasado antes, porque al contrario, siempre estaban en disputa por el espacio.

Por un consejo cultural

Ha sido un intenso proceso de rencuentro entre los ocho mercados, que actualmente, adelantó Joaquín Aguilar, en estos momentos se encuentran en pláticas para impulsar y formar el Consejo de Cultura del Barrio de La Merced, un consejo que quiere consolidar y fomentar la identidad del barrio de La Merced y visibilizar sus actividades y la zona, como patrimonio cultural de Ciudad de México, y como una zona de abastecimiento al menudeo más importantes.

Según Aguilar Camacho, “los locatarios están muy interesados en ver cómo ciertas actividades culturales podrían ser la punta de lanza contra un proceso gentrificador. Ellos ven a ese consejo cultural como herramienta para filtrar o distinguir proyectos que afecten la zona o, en caso contrario, avalar los proyectos que tienen un beneficio cultural a la comunidad.

La idea es la recuperación de los espacios públicos desde y en beneficio de la comunidad, que contrarreste la inseguridad y la violencia, entre otras cuestiones. Es un modelo de participación y corresponsabilidad ciudadana de recuperación, frente a ese otro modelo institucional que llega y sólo arregla plazas y jardines, y luego se va.

En conferencia de prensa, los artistas plásticos e integrantes de la Fundación ORB Dan Silva Polvoe; Cecilia Gutiérrez Mia Tse; Daniel González Laite; Maribel Galicia, locataria e integrante del Colectivo Los Olvidados; Moisés Araf, y Luis Guerrero, hablaron sobre el proyecto y la realización del mural El corazón de La Merced, de 870 metros cuadrados.

El colorido mural, explicó Polvoe en charla con La Jornada, tiene al centro un enorme corazón de adobe con signos prehispánicos, que representa la tierra de donde vienen muchos de los alimentos que se ofrecen en La Merced.

Del lado izquierdo se encuentra un diablero y su antecesor el mecapalero, quienes cargan las mercancías; del lado derecho, un niño, quien representa a la familia, y pequeños que crecen en la zona; una mujer indígena con fuego en la mano, hace referencia al incendio y simboliza una forma de empoderamiento. Sobre Circunvalación, en otra parte del mural, se encuentra la cruz de Quetzalcóatl, una especie de brújula.