En las aduanas se acabó el negocio, advierte Ricardo Peralta Saucedo, administrador general de esas oficinas, luego de reconocer que tanto servidores públicos como particulares vieron en ellas un negocio propio para enriquecerse.

Advierte en entrevista con La Jornada que ninguna de las 49 aduanas del país, terrestres, marítimas y aéreas, se salva, pues se han convertido en “la catedral de la corrupción; sin embargo, enfatiza que con las acciones que tomen sabe que pisarán fibras muy sensibles que le han producido a mucha gente millones de pesos en corrupción.

Peralta Saucedo indica que el reto para el gobierno federal en materia de aduanas es enorme, tanto en el ingreso de mercancías lícitas que en contubernio con empleados de las aduanas pagan menos impuestos de los que corresponde, como en el ingreso de lo ilícito como armas, droga y dinero.

Un primer paso es adherirse al convenio de Kyoto para utilizar tecnología de punta y evitar la corrupción, ya que, aunque se tiene tecnología, no se explota en su totalidad.

Imagínate la cantidad de armas que se pudieron haber detectado en las aduanas del norte del país para evitar que contribuyeran al mar de sangre que tenemos, evitar el dinero ilícito para patrocinar grupos de la delincuencia organizada o dinero ilícito que ha contribuido al enriquecimiento de muchas personas que no pagan impuestos, sostiene.

Comenta que tradicionalmente la aduana ha sido una institución de mucha importancia para el país, y eso se refleja en los 845 mil millones de pesos que contribuye por pago de derecho e impuesto al valor agregado y por ello se ponían a personas cercanas al poder político como un favor, ya que estar ahí “era un sinónimo de riqueza ilimitada.

No hay un día en el cual no recibamos información muy importante acerca del gran contubernio que existe entre el personal de las aduanas y personas que han estado acostumbradas a transitar con sus mercancías de manera lícita pero con documentos modificados para pagar menos impuestos, advierte.

El servidor público indica que cuentan con áreas de inteligencia e investigación pero se debe revolucionar en los procesos, porque como hoy están instauradas no podrían servir para detener la corrupción.

Con la fusión de las aduanas con la administración general de comercio exterior, vamos a modificar toda la estructura de proceso del comercio exterior en México porque desde hace casi 40 años el país forma parte de la Organización Mundial de Aduanas y tenemos que adherirnos al convenio de Kyoto que indica, entre otras prácticas mundiales, la transparencia, transferencia de información y homologación de procesos internacionales, indica.

Menciona que en los pocos días que lleva la administración actual, ya hay siete procesados penalmente, entre ellos empleados de las aduanas. Uno de ellos, por ejemplo, sustituyó un pedimento aduanal de una mercancía que en realidad eran 40 mil cargadores de fusiles AK-47.

Reconoce que hace falta el intercambio de información a escala internacional para detener ese flujo de armas, dinero, trata de personas; llegar a por lo menos 5 mil agentes de comercio exterior que cuenten con la capacitación adecuada y un proceso académico correcto, pues actualmente tienen un curso de tres meses.

Entre sus objetivos también está equipar con tecnología las aduanas y actualizar los software que ya están obsoletos, además de contar con un criadero de perros, ya que actualmente tienen 40 canes con 10 años de edad que “ya merecen jubilarse.

En julio presentaremos el resultado de los primeros 180 días de trabajo; se verán logros desde el punto de vista legal, tecnológico, cambio de procedimientos, procesos y en la organización humana, agrega.