Cientos de personas aprovecharon la víspera de Nochebuena para patinar en la pista de hielo instalada en la explanada del Monumento a la Revolución, andar en bicicleta en Paseo de la Reforma, caminar por las calles del Centro Histórico o comprar de última hora los regalos que darán a sus seres queridos o las bebidas que acompañarán el festejo.

Desde temprana hora, adultos y niños bien abrigados, por las bajas temperaturas que se registran, tomaron la principal avenida de la ciudad de México, Reforma, desde el Auditorio Nacional hasta la Villa, para pedalear su bicicleta o triciclo.

Otros aprovecharon para caminar en pareja o con sus mascotas, para después desayunar en algún restaurante, cafetería o en una banca, donde disfrutaron de “una buena guajolota, una torta o una quesadilla acompañada de atole, champurrado o refresco”.

El frío no impidió que grandes y pequeños ingresaran a la pista de hielo, que este año se montó en la explanada del Monumento a la Revolución, y mostrar sus mejores piruetas o aprender a patinar.

La entrega de la carta a Santaclós llevó a algunos niños a comprar su globo y enviarla desde ese sitio, aunque otros esperaron hasta llegar al Palacio de los Deseos, ubicado en el Palacio Postal, en Eje Central y la calle Tacuba.

Los interesados en ingresar al taller navideño compraron su paquete con la hoja, el sobre y una estampilla de la colección Navidad Mexicana, con la esperanza de recibir sus regalos, pues este lunes cerrará sus puertas a las 14 horas.

Un recorrido por las calles del Centro Histórico fue otra de las actividades realizadas por los capitalinos y visitantes, aunque a diferencia de años anteriores, no hubo lluvia de nieve ni alumbrados luminosos.

El arreglo de luces y colores de las tiendas departamentales ubicadas en la avenida 20 de Noviembre, sin embargo, atrajo la atención de las personas, muchas de las cuales ingresaron y aprovecharon para comprar de última hora los regalos.

Los descuentos y promociones de meses sin intereses las aprovecharon algunos, mientras otros prefirieron las tiendas ubicadas en la zona oriente del centro o el ambulantaje, donde se ofertaban bolsas, suéteres, bufandas, bisutería, gorros y pantuflas.

La oferta de vinos y licores al dos por uno en una tienda de autoservicio congregó a decenas de personas desde temprana hora para llevarse, en muchos casos, el máximo fijado de 12 botellas.