Muchos opositores a la creación de la Guardia Nacional se quedaron callados y nunca denunciaron las masacres que se cometieron en el pasado, reprochó ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador. Les pidió entonces que tengan confianza: Yo nunca voy a dar la orden de que se reprima al pueblo.

La Guardia Nacional, argumentó, se creará porque queremos garantizar la paz y la tranquilidad. No es el propósito, como a veces se piensa, de militarizar, avasallar e imponer la fuerza como forma de gobierno.

Para López Obrador, su movimiento de la Cuarta Transformación tiene como punto de partida, entre otros, que la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia. Por ello, precisó, el nuevo órgano de seguridad que propone sólo representa 20 por ciento de su estrategia para garantizar tales condiciones, porque el 80 por ciento restante se obtendrá con el desarrollo económico y social.

“En eso consiste el 80 por ciento de la estrategia de seguridad: trabajo, salario, bienestar, que se atienda a los jóvenes… y en lo policiaco, cuidar los derechos humanos, no masacrar a la población: no habrá masacre.”

Mientras el jueves la Oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos presentó sus objeciones a la Guardia Nacional, con el argumento de que de esa manera se fortalecerá el papel de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública y combate a la criminalidad, López Obrador insistió: “Queremos garantizar la paz y la tranquilidad; que no haya violencia…”

Hacia ese fin se destinan los elementos que tenemos, la experiencia del Ejército para que ayuden en la tarea de garantizar seguridad pública, y lo mismo con la Marina y con la Policía Federal: Unirnos todos, trabajar de manera coordinada para proteger a los ciudadanos.

Agregó que aunque parezca increíble, el gobierno federal no protegía a los ciudadanos; no había en los hechos, en la práctica, una política de seguridad pública.

E ilustró: de acuerdo con la Constitución, el Ejecutivo federal sólo podía disponer de 20 mil efectivos para atender todo el país. Entonces, queremos resolver eso.

Pero ahí mismo reiteró su respeto al derecho a disentir, las protestas. No podemos estar aspirando a que todos pensemos igual; la democracia es pluralidad, debate, confrontación de ideas.