Washington. Las batallas comerciales de Donald Trump en múltiples frentes comenzaron a frenar el crecimiento de Estados Unidos, con una ralentización evidente en la segunda parte del año, mientras la inflación permanece baja, revelan nuevos datos oficiales.

Distintos informes dan cuenta de que la caída de las exportaciones y el freno en el gasto de los consumidores diezman la expansión económica, mientras los precios aumentan a un ritmo cada vez menor.

El crecimiento de Estados Unidos en el trimestre julio-septiembre fue ligeramente más lento de lo que se reportó anteriormente, arrastrado por la gran caída de las exportaciones, informó el Departamento de Comercio.

Con cientos de miles de millones de productos afectados por aranceles de represalia, las ventas de Estados Unidos al exterior sufrieron la mayor caída desde principios de 2009, en el apogeo de la crisis financiera mundial.

El producto interno bruto (PIB) se expandió 3.4 por ciento en el tercer trimestre, contra 3.5 por ciento reportado anteriormente, debido, en gran medida, a una caída de 4.9 por ciento de las exportaciones.

Las ventas al exterior de bienes cayeron 8.1 por ciento, el mayor descenso desde los primeros tres meses de 2015.

Las agresivas políticas comerciales de Trump, especialmente la represalia arancelaria contra China, frenaron las exportaciones, pues las ventas de soya casi se paralizaron. La fortaleza del dólar estadunidense también encareció los productos del país.

La disputa contra Pekín, incluso pese a la tregua declarada hasta el primero de marzo mientras se llevan a cabo negociaciones, sembró temores sobre una ralentización de la economía estadunidense y del crecimiento global. Además, generó pérdidas en los mercados financieros y echó por tierra las ganancias de Wall Street en 2018.

Gregory Daco, de Oxford Economics, dijo que los datos se suman a la evidencia de que el impulso a la inversión empresarial continúa enfriándose gradualmente. Mirando hacia el futuro, esperamos que el ritmo continúe desvaneciéndose en la medida en que el estímulo fiscal se disipe, haya condiciones financieras más restrictivas y el crecimiento mundial sea más lento, expresó.

El índice de precios al consumo mostró un alza de 0.1 por ciento mensual en noviembre y de 1.8 por ciento interanual, por debajo del objetivo de 2 por ciento del banco central, que el miércoles pasado subió las tasas.

El menor aumento del gasto de los consumidores, en gran parte como resultado de menores costos de combustible, también contribuyó a la revisión a la baja del crecimiento del PIB, manifestó el Departamento de Comercio.

Otros datos muestran que el crecimiento del cuarto trimestre se perfila aún más lento. Las compras de bienes duraderos (electrodomésticos, vehículos y maquinaria, entre otros) aumentaron en noviembre en comparación con octubre, pero menos de lo esperado.

Los pedidos aumentaron 0.8 por ciento el mes pasado, menos de la mitad del aumento previsto por los economistas, según el Departamento de Comercio. Eso sigue a una gran caída en octubre y arrastrará el PIB en el último trimestre de 2018.