Sábado 22 de diciembre de 2018, p. 4
La Habana. La artista cubana más reconocida a escala mundial, Alicia Alonso, cumple 98 años mientras la compañía que dirige ensaya uno de sus clásicos favoritos, El lago de los cisnes, obra ineludible en su carrera.
Aunque parezca redundante merece reconocimiento, pues Alonso dedicó su vida a la danza, primero a formarse como una bailarina respetable, luego a forjar un estilo propio y después a perpetuar el ballet en la cultura cubana como parte integrante e inseparable de ésta.
Junto con los hermanos Fernando y Alberto Alonso fundó la primera compañía profesional de ballet en Cuba, hace 60 años, cuando ese arte era escasamente comprendido en las sociedades latinas.
No obstante las contradicciones sociales, políticas y de salud que padeció, la decisión y valentía de esta mujer la hicieron persistir en elevar su rango de bailarina.
Alicia Alonso (La Habana, 21 de diciembre de 1920) respaldó la revolución en Cuba que comenzó en 1959 y se alzó sobre prejuicios e ideologías burguesas para llevar su arte al pueblo, las fábricas, los campos, un bosque, un valle, cualquier calle. En la danza cobró fama por sus prodigiosos giros y la manera de adueñarse de la técnica; se convirtió en protagonista de leyendas.
Todavía algunos hablan de la quinta Alonso para aludir una posición específica de los pies, mientras los viejos amantes del ballet atesoran especialmente las veces que la vieron transformarse en Giselle y Carmen.
A sus 98 años de edad, la artista continúa activa como maestra, coreógrafa y directora del Ballet Nacional de Cuba y del Festival Internacional de Ballet de La Habana, en el cual participan los más renombrados bailarines del planeta.
Pocos calculan su amor por los animales, en particular, una gran pasión por los perros y el extraordinario sentido del humor que la indujo a gastarle bromas a algunos de sus partenaires en escena.
En la juventud pintó algunos cuadros y desde niña ama el color azul y la literatura universal.
Además, siempre rechaza la posibilidad de que los humanos habitemos solos este universo y cuenta entre sus añoranzas la de poder sentarse en el malecón de La Habana a tomar el fresco y disfrutar un espectáculo de olas, pues la fama le impide pasar desapercibida.
El conjunto que aún dirige repondrá el más popular de los ballet, El lago de los cisnes, en enero, en el Gran Teatro de La Habana que desde 2015 añadió a su denominación el nombre de la artista.
Las ovaciones con que el público recibe a Alonso a su llegada allí o a cualquier teatro, también erigen una historia difícil de igualar.