Madrid. El gobierno español, encabezado por el socialista Pedro Sánchez, expresó a las autoridades catalanas, presididas por el independentista Quim Torra, su preocupación y malestar ante la dejación de funciones del gobierno catalán frente a la reciente ola de protestas en la región.

La tensión entre Madrid y Barcelona aumenta de cara al próximo día 21, fecha señalada por el Ejecutivo español para celebrar un Consejo de Ministros en Barcelona, a lo que se suma que los Comités de Defensa de la República (CDR) convocaron ese día a paralizar Cataluña.

Mientras Torra se encuentra recluido en un monasterio católico para celebrar un ayuno de dos días, en solidaridad con los cuatro ex consejeros catalanes presos que iniciaron una huelga de hambre parcial –sólo se alimentan a base de batidos–, desde Madrid crece la preocupación ante el caos que se ha vivido en algunos puntos de Cataluña.

Los CDR, integrados por separatistas radicales que pugnan por la proclamación unilateral de la independencia, han protagonizado sabotajes tanto para impedir que formaciones no independentistas celebren actos públicos en la región, como para cerrar carreteras, bloquear vías de comunicación e incluso tomar el control de las casetas de cobro de las autopistas. La mayoría de estas actuaciones son protagonizadas por encapuchados y se han llevado a cabo sin oposición de las fuerzas policiales catalanas, que han recibido órdenes de no actuar, salvo en caso de extrema necesidad.

La vicepresidenta del gobierno español, Carmen Calvo, envió una carta a su homólogo catalán, Pere Aragonés, en la que expuso: aparentemente ha existido una dejación de las funciones que tiene atribuidas su gobierno, con consecuencias para la seguridad pública. Así que te solicitamos nos aclares lo sucedido, en especial respecto de la actuación de los Mossos (policía catalana) en los altercados ocurridos en algunas casetas de peaje.

Además, el gobierno y prácticamente todas las formaciones políticas del Congreso español criticaron las afirmación del presidente catalán de que la única vía que hay para Cataluña es la eslovena, en alusión a la revolución de este país de 1991 que culminó con la separación de la ex Yugoslavia.