El director general del Grupo Financiero Citibanamex, Ernesto Torres Cantú, admitió que el triunfo contundente de Andrés Manuel López Obrador en el pasado proceso electoral se debe a un gran descontento, indignación y enojo que prevalece ante las situaciones tan graves a que hemos llegado.

En una reunión con representantes de los medios de comunicación con motivo de fin de año, mencionó que del nuevo gobierno han recibido señales encontradas. Algunas muy positivas, como su decidida voluntad de combatir la inseguridad y la corrupción, o la de mantener los pilares de la estabilidad económica, política monetaria, respetar la autonomía del Banco de México. También sobre política fiscal y no aumentar el déficit ni la deuda. En apertura comercial, al respaldar la renegociación del recién firmado Tratado México, Estados Unidos y Canadá.

Desafortunadamente, añadió, también hemos tenido señales preocupantes, como la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, o la sorpresiva iniciativa para eliminar las comisiones bancarias. Esas decisiones inquietan más por la forma que por el fondo. Claramente han tenido impacto negativo en los mercados y deteriorado las expectativas y confianza de empresarios e inversionistas.

Aseveró: “Sabemos que no siempre estaremos de acuerdo con los diagnósticos y políticas del gobierno. Nuestro compromiso es decir lo que pensamos, señalar con la misma honestidad y rigor analítico del que seamos capaces tanto las coincidencias y los aciertos como las diferencias y los errores.

Esto nos parece un elemento fundamental para mantener la confianza de nuestros clientes y de la sociedad, así como la respetabilidad y prestigio de nuestra marca.

Torres Cantú aceptó que este año estuvo marcado por el proceso electoral. La contundente victoria de López Obrador y su partido en las elecciones pasadas fueron una señal muy clara del deseo de cambio de la mayoría de la población.

“Reflejaron el gran descontento, indignación y enojo que prevalece ante las situaciones tan graves a que hemos llegado, particularmente en temas de inseguridad y corrupción, pero también en materia de injusticia, pobreza, exclusión, discriminación e inequidad.

“Estaríamos equivocados si lo interpretáramos como un mensaje dirigido exclusivamente al gobierno o a las estructuras políticas; fue enviado también al statu quo, a las estructuras económicas y sociales, y eso tiene implicaciones para nosotros como empresarios y para cada uno de nosotros en lo individual.

Existe una percepción generalizada de que hay élites en el gobierno, en las instituciones, en las empresas y en la sociedad en general que están alejadas del resto de la gente. Ello, evidentemente, genera irritación social.

Afirmó: Sabemos que no es sólo un problema de percepción. Hay mucha gente que sigue viviendo en la pobreza, y tenemos muy altos niveles de concentración del ingreso, lo cual nos hace una sociedad muy desigual y casi inevitablemente polarizada.

El bienestar, agregó, no ha llegado a todos. “Tenemos estados que crecen como tigres asiáticos y otros que caen más que Venezuela.

Para agravar la situación tenemos un problema histórico de incapacidad institucional para aplicar y mantener la vigencia del estado de derecho, lo cual se refleja en las enormes debilidades de nuestro sistema de impartición de justicia y en un alto grado de impunidad.