Debido a la escasez presupuestaria, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ni siquiera ha podido iniciar la rehabilitación de la infraestructura educativa de la unidad Iztapalapa, que resultó severamente dañada por los sismos de 2017, entre los cuales está el edificio S, que requiere ser demolido.

Junto con este inmueble está el T, que tiene daño estructural ligero, y el R, que debido a su antigüedad, debe ser rigidizado y sustituir totalmente sus instalaciones.

El plan integral de rehabilitación de la UAM-I –que incluye la conclusión de módulos del edificio de Ciencia y Tecnología y rehabilitación, y rehabilitación de laboratorios en el Parque Científico y tecnológico de Oriente (Pacto)–, prevé un costo superior a 900 millones de pesos a ejercerse en cuatro años, pero se encuentra totalmente detenido, debido a la carencia de recursos.

Tras los sismos y la realización de un estudio estructural, la UAM solicitó acceso a recursos del Fondo para Desastres Naturales (Fonden), petición que no fue considerada, y desde febrero de este año presentó los proyectos de reconstrucción a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, sin recibir respuesta.

La unidad Iztapalapa atiende a casi 16 mil estudiantes –la mayoría, provenientes del oriente de la zona metropolitana de Ciudad de México–, ofrece 27 licenciaturas y 41 posgrados, y está fuertemente orientada a la investigación, pues 60 por ciento de su planta académica pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

De hecho, el edifico S albergaba sobre todo laboratorios de investigación que han tenido que ser reubicados.