Hace un año, Alejandro Landa estaba muy abajo en la clasificación del tour internacional de raquetbol. Sólo quería dejar ese fondo y escalar lo más posible en una disciplina que las mexicanas dominan desde hace tiempo. Remontó decenas de puestos, en las posiciones 30, en las 20, hasta que se instaló entre los 10 mejores; después se fijó la meta de terminar entre los cinco. La campaña la finalizó como número tres. Esta nueva temporada, Landa es el número uno por primera vez en su carrera deportiva. También es la primera ocasión que un mexicano está en la cima de la gira.

“Ayer anunciaron el ranking, donde aparezco como puntero”, dice Landa mientras trata de asimilar la noticia; “la temporada pasada empecé muy rezagado en la lista, pero me propuse adelantar puestos y fui subiendo hasta entrar al top 10 y finalmente pude concluir la temporada entre los tres mejores; en lo que va de esta campaña estoy en la cima, pero debo ser más mesurado con mis aspiraciones, porque la presión es muy fuerte en esta posición”.

Es un momento especial para los raquetbolistas mexicanos, pues en los primeros ocho puestos aparecen también otros dos tricolores: Daniel de la Rosa, en el tercer lugar, y Álvaro Beltrán, en el octavo. Un avance en raquetbol varonil, pues la categoría femenina es dominada por Paola Longoria y Samantha Salas se mantiene muy cerca.

En el raquetbol las mexicanas y mexicanos solemos estar peleando en semifinales y finales, y varios ocupan los podios con regularidad, cuenta Landa; así como el boxeo se convirtió en unos de los deportes que más triunfos regala al deporte mexicano, el raquetbol se ha vuelto una disciplina con éxitos frecuentes para nuestro país, aunque sin la popularidad que tiene el otro.

Landa atribuye esta opacidad a que el raquetbol se practica en pocas ciudades. Fuera de Tijuana, Chihuahua, San Luis Potosí y Monterrey, las canchas para disputar este deporte no existen en nuestro país.

Gracias a Paola Longoria se conoce más, comenta Landa; “ella ha abierto el camino para todos los demás, pero aún falta que la gente conozca esta disciplina emocionante y veloz, donde no sólo están los que ya aparecen en el ranking bien colocados, sino también hay talento mexicano en desarrollo”.

También afecta que el raquetbol no sea una disciplina olímpica, lo que resta exposición mediática y, por tanto, la construcción de una audiencia.

La Federación Mexicana de Raquetbol también tiene culpa, opina Landa, porque no ha sabido capitalizar un deporte que continuamente cosecha triunfos, con competidoras y competidores que ganan podios y encabezan las clasificaciones. Creo que es resultado de los malos manejos de los federativos, que sólo se acercan cuando representa un beneficio para ellos y no para los deportistas.

Landa tiene que desdoblarse para poder entrenar con disciplina y, al mismo tiempo, atender su trabajo en una empresa familiar en El Paso, Texas. Los apoyos que ha recibido para mantener su entrenamiento y presencia en competencia lo costea de su bolsillo y gracias a que sus buenos resultados le han permitido, recientemente, firmar contratos con algunos patrocinadores.

Son compañías y marcas de Estados Unidos apoyando a un mexicano, explica.

Alejandro vive este momento con cierto asombro. De pronto le gana la emoción, ve las reacciones en redes sociales y se tranquiliza porque sabe que ahora será el objetivo para muchos competidores. Sabe que estar en la cima lo convierte en el rival a vencer.