En la iniciativa de reforma a la Constitución para crear la Guardia Nacional que presentó el grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, incluyó un artículo transitorio para que no aplique a soldados y marinos la prohibición constitucional de que, en tiempos de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer funciones distintas a su disciplina.

De esa forma se asegura la continuidad de las fuerzas armadas en las calles –sin tener que legislar en materia de seguridad interior– y que el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional tenga el mando operativo de la nueva fuerza.

La iniciativa de Morena considera reformar 13 artículos para crear la Guardia Nacional, figura incluida desde la Constitución de 1857 como cuerpo para la defensa de la República en caso de conflicto armado; eliminar la facultad del Congreso de autorizar al Presidente el uso de ese organismo, y concederle la definición de la estrategia de seguridad pública, que sería aplicada a su vez por el Ejército.

Ayer, los diputados de Morena propusieron que la Guardia Nacional sea un cuerpo de seguridad pública, integrada con las policías Militar, Naval y Federal, organismos que desaparecerán.

Pretende dotar a la Guardia Nacional de la disciplina, jerarquía y escalafón del Ejército y la Marina, y que la capacitación teórica y práctica, así como el entrenamiento físico y la disciplina militar de sus nuevos integrantes se realice en instalaciones de las fuerzas armadas.

Existen razones de peso para adscribir la corporación al ámbito castrense y la primera es urgente: los institutos militares son los únicos con el personal, capacidad, espíritu de cuerpo e instalaciones para empezar a conformar la Guardia Nacional y capacitar a sus futuros integrantes, señaló en la iniciativa.

Además, los policías militares y navales que se transfieran a la Guardia Nacional conservarán sus rangos, prestaciones conferidas a su nivel jerárquico y de mando.

Aun así, el coordinador de Morena, Mario Delgado, expresó: No es militarización, y pidió a las organizaciones que han cuestionado la propuesta que primero la lean, porque “no es simplemente decir ‘están militarizando’, cuando vamos en sentido contrario”.

En conferencia de prensa para explicar el alcance de la iniciativa, admitió: “No es posible retirar al Ejército de las calles porque algunas zonas del país quedarían en la indefensión… hay que terminar con la simulación y el desgaste del Ejército”.

La iniciativa justifica la creación de la Guardia Nacional como una medida urgente, de carácter transitorio, que funcionará en tanto persista la crisis de violencia e inseguridad en el país. Considera realizar una evaluación de sus actividades y de la política de seguridad cuando cumpla tres años, y que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos participe en la capacitación en materia de respeto a las garantías fundamentales.

Delgado afirmó que la Policía Federal (PF) no desaparecerá.

Sin embargo, en los artículos transitorios se otorgan atribuciones al presidente de la República para emitir los decretos necesarios con la finalidad de que la guardia asuma las funciones que corresponden a la PF en el artículo 2 de la respectiva ley, así como la transferencia de recursos humanos, materiales y financieros a la Guardia Nacional.

Ese artículo señala que la Policía Federal está adscrita a la Secretaría de Seguridad Pública y que sus funciones son salvaguardar la vida, integridad, seguridad y derechos de las personas, así como preservar las libertades, el orden y la paz públicos; aplicar y operar la política de seguridad pública en materia de prevención y combate de delitos; prevenir la comisión de ilícitos e investigarlos bajo la conducción y mando del Ministerio Público de la Federación (MPF).

De esta manera, Morena planteó considerar a la Guardia Nacional como nuevo auxiliar del MPF, bajo su conducción y mando, cuando se trate de la presunta comisión de delitos del orden federal.

Delgado resaltó que, a pesar del contenido de la iniciativa, los guardias nacionales tendrán una preparación para ser policías y que su participación en tareas de seguridad no es para continuar la estrategia de guerra, sino para iniciar el proceso de construcción de la paz.

En contraparte, en los considerandos de la iniciativa se prevé que sólo se puede combatir a la delincuencia con militares y marinos. Y agrega: “Las fuerzas armadas siguen siendo el principal y el más confiable pilar de la seguridad en el país; a 12 años de que fueran involucradas en esa misión por el mando civil, siguen careciendo de un marco legal específico y de una formulación adecuada para participar en esa tarea.

“Como consecuencia, han pagado un alto costo en vidas de soldados y marinos, experimentado un desgaste injustificable, han sido distraídos de sus funciones constitucionales explícitas y se ha generado una indeseable erosión en sus vínculos con la población civil.

Sin embargo, en la crisis de violencia e inseguridad es evidente que el Estado no puede asegurar el cumplimiento de la legalidad ni reconstruir la paz sin el concurso de los institutos armados. El retiro de soldados y marinos de las tareas de seguridad pública colocaría a diversas regiones y a sus habitantes en total indefensión ante la criminalidad organizada.