Martes 20 de noviembre de 2018, p. 14
La Secretaría de la Función Pública será protagonista central en el nuevo gobierno. Se restructurará sustancialmente, partiendo de la compactación de tres subsecretarías para reducirlas a dos: la Subsecretaría de Combate a la Corrupción, Control y Fiscalizacion Gubernamental, y la de Combate a la Impunidad, Responsabilidades y Profesionalización del Servicio Público. De la Subsecretaría de Combate a la Corrupción dependerán las unidades de Control y Auditoría Gubernamental; la de Evaluación y Auditoría del Desempeño, y la de Auditoría y Obra Pública, así como la Dirección General de Auditoría de Cumplimiento y Financiera.
De la Subsecretaría de Combate a la Impunidad se desprenderán las unidades de Responsabilidades Administrativas y Controversias; la de Profesionalización y Servicio Público y Recursos Humanos y la de Registro Patrimonial y de Prevención del Conflicto de Interés, así como las direcciones de Normatividad y Políticas en Contrataciones Públicas y la de Denuncias, Investigaciones y Alertadores Internos.