El trabajo de Ignacio Zamudio no sólo ha estado en la pista o circuitos: su labor ha ido más allá como visor en la detección de talentos en las zonas marginadas de Ciudad de México y en otros lugares del país, y espera que su proyecto tenga continuidad con la administración que dirigirá Ana Guevara en la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte para que la escuela de marcha juvenil siga aportando medallistas olímpicos y mundiales.

La vasta experiencia de Zamudio, primero como especialista olímpico en 20 y 50 kilómetros, y luego como entrenador de marcha, es conocida en el orbe debido al desempeño que ha tenido en la rama femenil con seis ganadoras de preseas en mundiales y en Juegos Olímpicos de la Juventud.

Esa distinción y los años que ha invertido en la producción de andarines –como alguna vez también lo hicieron sus entrenadores Juan Hernández, Jerszy Hausleber, Pedro Aroche y Adrián Navarro– le valieron para ganar el Premio Nacional de Deportes, el cual recibirá con su alumna y doble campeona mundial Alegna González este jueves de manos del presidente Enrique Peña Nieto, en Palacio Nacional.

Tengo atletas que son de Tepito, de Pantitlán, de Iztapalapa. Algu-nos son medallistas mundiales y otros están ubicados entre los mejores, dice Zamudio, sexto lugar olímpico en Atlanta 1996, quien deposita su confianza en el trabajo que hará Guevara, porque como a-tleta vivió en carne propia su etapa de juvenil a la categoría mayor.

Considera que a los planes que ya están establecidos en el deporte de alto rendimiento es urgente “reforzar o innovar un proyecto específico en los juveniles, porque sigue faltando un proceso de detección en las primarias y secundarias.

Por experiencia y necesidad comencé a buscar alumnos cerca del CNAR (en la delegación Iztacalco). Empecé de cero y al año ya tenía cinco medallistas de Olimpiadas Nacionales con chicos que no tenían ningún proceso. ¿Cuántos niños están en las aulas con talento sin saber cómo iniciar en la actividad física o un deporte? Por eso se pierden, subraya el mexiquense, quien hoy recibe con Alegna el Premio Estatal del Deporte en Toluca.

Así fue como descubrió a Yanelli Caballero, subcampeona mundial en 2009; Valeria Ortuño, segundo lugar en la justa olímpica de Nanjing 2014; Sofía Ramos, medallista de plata en los Juegos de la Juventud en Buenos Aires 2018, y César Córdoba, ubicado entre los 10 primeros del orbe.

Jóvenes que a veces no tenían ni para el camión, pero con inmensas ganas de sobresalir. Hay talento, capital humano, lo que se requiere es generar programas alternos, dice el entrenador de 47 años de edad.