Martes 20 de noviembre de 2018, p. a12
Ibeth Roca Zamora fue campeona del mundo en peso minimosca. Durante cuatro años defendió ese título ante 10 rivales que no pudieron vencerla. Lo perdió en 2017, pero un año después conquistó el cinturón de la categoría mosca del Consejo Mundial de Boxeo. Hizo su primera defensa el sábado pasado ante la japonesa Chaoz Minowa y con su mejor versión.
Lleva muchos años de ser campeona y de que sus combates sean televisados, pero cuando camina por la calle no es frecuente que la reconozcan. El éxito para ella se paladea con discreción. Creo que es momento de que mi promotora explote mejor mi carrera, porque hay varias campeonas mexicanas que no somos conocidas
, considera; fuera de Jackie Nava y Mariana Juárez, las demás llevamos carreras firmes pero sin mucha proyección; si la gente no te ve, no te reconoce, y eso es importante en el boxeo
.
La Roca lo atribuye a una desventaja que existe en el boxeo de mujeres respecto de los hombres. Ellas trabajan con la misma disciplina, pero las negociaciones y el reconocimiento las mantienen en una posición desfavorable.
“Las autoridades reconocieron a Canelo Álvarez con el Premio Nacional de Deportes, algo merecido”, explica Zamora; pero en cambio las mujeres que tenemos campeonatos del mundo todavía tenemos que estar negociando cada peso para que se nos pague algo justo
.
Muchas peleadoras que se encontraban en buen momento de sus carreras de pronto tienen que hacer pausa y renunciar a lo que habían acumulado. Pierden, sobre todo, visibilidad, atributo que les permite cotizarse en el boxeo.
Es muy difícil para una mujer deportista destacar en este campo, porque si uno desea mantenerse, debe sacrificar su vida personal
, dice Ibeth; ser mamá, por ejemplo, exige que las compañeras hagan una pausa de un par de años, renunciar al título si lo tienen y regresar desde cero, porque deben retomar la condición y el ritmo
.