La migración es un problema que atañe a México porque el desplazamiento forzado y el refugio son fenómenos regionales que requieren soluciones compartidas y efectivas en beneficio de las naciones de origen, tránsito y destino, señaló el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), a través del documento Mitos y realidades sobre la caravana migrante y las personas refugiadas.

En el texto se explica que la República Mexicana es responsable de la solución del problema, tanto jurídica como políticamente. Encontrar tales soluciones también beneficia al país. Se trata de brindar atención humanitaria a quienes necesitan refugio y protección internacional, una acogida integradora en beneficio del tejido social y soluciones de carácter regional para combatir las causas estructurales de la migración irregular, el desplazamiento forzado y el tráfico de migrantes, se precisa.

Liderazgo regional

El Conapred recordó que en la década de 1980 México asumió un liderazgo regional para hacer contrapeso a las políticas estadunidenses de restricción migratoria y limitación del refugio.

Así, sugirió, en los próximos años el país no sólo tendrá que buscar soluciones a la complicada relación bilateral, sino que deberá incluir en la agenda internacional y nacional una atención integral basada en derechos para atender la crisis humanitaria del Triángulo Norte.

Está en nuestro interés nacional mejorar las condiciones en Centroamérica, porque esto tendrá un impacto regional para combatir las causas estruc­turales de la migración, en lugar de pagar los costos del control de los flujos que se dirigen a Estados Unidos. El desarrollo de la región es el mejor antídoto contra las migraciones y desplazamientos forzados, se expone.

Mayor capacidad

En el análisis se afirma que México tiene capacidad de dar refugio y protección a muchas más personas de las que actualmente lo obtienen, sin descuidar a la propia población en desventaja.

Explica que al hacerlo, se beneficia tanto a las personas migrantes y refugiadas, como a la población mexicana. Ello debido a que se disminuirían las presiones en Centroamérica, desincentivando el flujo, y permite aprovechar sus aportaciones económicas, sociales y culturales.