El escritor Fernando del Paso (1935-2018), reconocido por sus monumentales novelas históricas, afirmaba que algunos de los libros para niños que escribió le costaron mucho trabajo.

‘‘De la A a la Z, me costó mucho trabajo porque quería jugar con las letras. Pero Paleta de diez colores lo hice en un día”, dijo a Carmen Álvarez Lobato, según la revista Literatura Mexicana.

Fernando del Paso escribió en las décadas recientes libros para niños, en verso, como Paleta de diez colores (1990), ilustrado por el artista Vicente Rojo, Encuentra en cada cara lo que tiene de rara (2002), ¡Hay naranjas y hay limones!: pregones, refranes y adivinanzas en verso (2007), Maricastaña y el ángel (2005) y Ripios y adivinanzas del mar (2013).

‘‘Muchos son poemas muy bobos, pero tienen ese encanto precisamente, el de la bobería, de la espontaneidad’’, explicó entonces sobre los libros publicados por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, la Secretaría de Educación Pública y el Fondo de Cultura Económica.

Según el narrador, no es que haya decidido escribir ‘‘lírica infantil, sino que se ha entreverado con el tiempo; algunos libros los escribí antes de terminar Noticias del Imperio. Salvo Maricastaña y el ángel, todo lo demás son poemas. Hay un libro que se llama Ripios, dije ‘si voy a cometer ripios, pues de una vez vamos a llamarlos por su nombre’”.

Maricastaña narra cómo una niña pequeña descubre la escritura para expresar todas las historias que le nacen.

De la A a la Z por un poeta es un recorrido ilustrado y en verso por el abecedario: ‘‘La ‘A’ sabe que es un reto, no se le puede negar, hallarse en primer lugar de todito el alfabeto. Al mismo tiempo, la ‘A’, inveterada viajera (que acostumbra viajar desde antiguo), se aparece donde quiera: aquí, acá y acullá”.