Martes 13 de noviembre de 2018, p. 5
La escritora, dramaturga y crítica teatral Olga Harmony falleció sin dejar pendientes ni algún material inédito. Tuvo la fortuna de publicar todos sus escritos, dijo su hija, Lucila Rousset Harmony.
Añadió que tanto la biblioteca como el acervo de la especialista permanecerán en la familia y aclaró que la primera está dividida. ‘‘Los libros de teatro los tengo yo, mientras mi hijo tiene los de literatura’’.
Entre otras anécdotas, Lucila Rousset contó que la maestra escribió todas sus obras y demás textos tecleando sólo con un dedo, primero en la máquina de escribir y luego en la computadora, la cual aprendió a usar cuando tenía 70 años, lo mismo que Internet. Para ella, refirió su hija, La Jornada es un periódico muy importante y querido: ‘‘Le tenía enorme cariño; fue una de las fundadoras y colaboró en él durante muchos años”.
Testimoniar el teatro
La directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Lidia Camacho, además de anunciar que se rendirá un homenaje a Harmony antes de que concluya la actual administración, consideró que al fallecer la crítica teatral deja un enorme vacío en la cultura nacional.
‘‘Perdemos a una maestra en el más amplio de los sentidos. No sólo fue una gran crítica de teatro, como muchos conocemos, y una gran dramaturga, sino también una gran maestra y una persona verdaderamente extraordinaria”, dijo la funcionaria en las exequias.
El director escénico Luis de Tavira opinó que nunca será suficiente agradecer a una persona como ella que dedicó su vida para construir el testimonio del teatro mexicano y resaltar su importancia en la vida nacional y en la cultura.
‘‘En la página cultural de La Jornada, los jueves, creó una instancia irrenunciable e inevitable de interlocución para toda la gente de teatro. Cuando encomiaba porque le gustaba o cuando criticaba porque le parecía criticable, dedicó su vida a crear ese espacio imprescindible para que el teatro alcance a ser lo que debe ser: una interlocución destinada al espectador”, sostuvo.
‘‘Olga tenía criterios muy suyos, muy establecidos, muy seguros, pero eso no le impidió ser una persona abierta al reconocimiento de las nuevas presencias que emergían. Es un gran ejemplo.”
Rigor y pasión
Para el director de escena Mario Espinosa, Harmony es un referente de los pasados 70 años de teatro en México. ‘‘Para quienes nos gustaban sus críticas e incluso para quienes no, fue un referente riguroso, apasionado y además buena amiga.
‘‘Es una de las últimas críticas como profesión, referente de la segunda mitad del siglo XX a lo que escribió en el XXI. No creo que exista otro crítico que haya hecho eso.”
El director del Sistema de Teatros de la Ciudad de México, Ángel Ancona, destacó a Harmony como ‘‘la gran crítica del siglo XX” mexicano y aseguró que deja un legado y, sobre todo, un enorme compromiso para impulsar la crítica.
‘‘Fue generosa y a la vez muy rigurosa y disciplinada, cualidades que debe tener un crítico para poder ejercer su trabajo y realmente apoyar a la teatralidad que se da y que está criticando”, dijo.
‘‘Nos deja un gran legado. Hay que releer tanto lo que escribía los jueves en La Jornada, y que todos esperábamos, como los dos libros que están publicados. Por eso en el sistema de teatros lanzamos el año pasado la convocatoria de un premio de crítica con su nombre, que ella entregó. Ahora en diciembre publicaremos la segunda edición del certamen en honor a ella.”