Entre enmascarados, gritos de árbitros vendidos, llaves y tijeras; elementos propios de una función de lucha libre, transcurrió el último día de la mayor parte del éxodo que salió el 12 de octubre de Honduras, que entre reclamos a la ONU acordó dejar el campamento donde se albergaron varios días a las 5:00 horas del sábado.

Más de 4 mil integrantes de este éxodo decidieron quedarse un día más de lo acordado en espera de poder conseguir autobuses que los transportaran a la frontera norte. Luego de confirmar que la ONU-DH no les proporcionaría los vehículos, acordaron retomar camino en Metro, a pie y, si se puede, con raite.

Desde el campamento dispuesto en el estadio Jesús Martínez Palillo de la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca, representantes de los 18 departamentos de Honduras y de otros países centroamericanos dijeron que el argumento ofrecido por la ONU fue la falta de recursos.

Así, reclamaron a esta oficina de las Naciones Unidas la falta de apoyo, pues en su opinión, los 193 países que integran al organismo multilateral podrían ofrecer ayuda humanitaria. En este contexto no los quieren ver más durante su ruta hacia el norte.

“Estamos viviendo una crisis que el mundo no quiere ver; que el mundo se ha hecho de oídos sordos; estamos viviendo una crisis en nuestro país (…). Estamos aquí porque necesitamos ayuda y pedimos internacionalmente ayuda”, dijo Emanuel García, de Honduras, al tiempo que solicitó que este grupo de centroamericanos sea considerado como refugiados, no como migrantes.

En este contexto, señalaron que si hay crímenes en contra de alguno de los integrantes del éxodo será responsabilidad del organismo multilateral y las autoridades.

En entrevista con medios, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Ciudad de México, Nashieli Ramírez, informó que la estación de Metro Ciudad Deportiva abrirá una hora antes del horario normal en sábado para poder transportar a los miles de centroamericanos, primero a Chabacano y luego a Cuatro Caminos.

Ya en el estado de México se prevé que recorran a pie o en aventón al límite de la entidad mexiquense con Querétaro, donde ya hay albergues dispuestos para que descansen. Hasta ayer en la noche se perfilaba Tijuana como destino fronterizo y en asamblea nocturna detallarían la ruta y pasos a seguir.

Nashieli Ramírez detalló que ante la omisión del gobierno federal de ofrecer protección a la caravana, los ombudsperson estatales se organizaron en cadena para que una comisión esté atenta en cada estado que transiten.

Sobre el sinsabor que un grupo de este éxodo tuvo con las oficinas de la ONU en México, Ramírez explicó que hay matices con relación a eso. Ello, toda vez que desde el primer momento se debió acreditar a este desplazamiento colectivo con la categoría de refugiados.