Lunes 29 de octubre de 2018, p. a38
Los Ángeles. Quien sea supersticioso sacará conclusiones fatídicas. Quien sea apasionado seguidor de los Dodgers hilvanará dos derrotas consecutivas en la Serie Mundial y 30 años sin levantar un título. Los nuevos campeones son unos merecedores Medias Rojas, quienes vencieron 5 carreras a 1 a domicilio en Los Ángeles, con ventaja demoledora de cuatro juegos a uno, entre ellos uno histórico con 18 entradas en siete horas y media.
La baja de la novena entrada tenía más acentos de tristeza que de tensión. Los bateadores desmoralizados y el zurdo Chris Sale con tres ponches seguidos. El último a la caja de bateo fue Manny Machado, que abanicó el tercer strike que le dio la euforia a los visitantes y un dolor más a los seguidores de Dodgers, que culparon en más de una ocasión al entrenador Dave Roberts de tomar decisiones que costaron el título.
El mánager puertorriqueño Alex Cora dio así su novena serie al equipo de Boston; fue con cuatro jonrones, dos de Steve Pearce, y una brillante labor monticular del veterano David Price, quien lanzó pelota de tres hits hasta la octava entrada. Pearce conectó dos bambinazos una noche después de que su jonrón y un doble de tres carreras los de Boston sumaron su cuarto título de este siglo (2004, 2007, 2013, 2018). Se consagran como el cuadro más condecorado desde 2000.
Medias Rojas apenas dieron opciones en casa de sus contrincantes, con un bambinazo de dos rayas desde el primer rollo del experimentado Pearce, acompañado por vuelabardas solitarios de Mookie Betts en el sexto y de JD Martinez en el séptimo, en jornada para olvidar del estelar lanzador Clayton Kershaw.
Pearce volvió a enviarla por encima del muro en el octavo y sentenció a unos angelinos que perdieron su segunda Serie Mundial consecutiva, con una sequía de títulos que dura ya tres décadas.
Así, Cora cierra un curso de ensueño como mánager de los Medias Rojas, su primero en el banco del equipo, al convertirse en el segundo mánager latinoamericano en ganar el título después del venezolano Ozzie Guillén (2005) y el quinto novato en coronarse en una Serie Mundial, uniéndose a los históricos Bucky Harris (Senadores-1924), Eddie Dyer (Cardenales-1946), Ralph Houk (Yanquis-1961) y Bob Brenly (Cascabeles-2001).
Cora recibió una ovación en la casa de los humillados Dodgers. No hay otra manera de entender esta serie donde fueron aplastados y permitieron una victoria el sábado en el cuarto juego cuando llevaban la ventaja. Esto es una verdadera locura
, dijo conmovido.
“No sólo es una victoria Boston, sino también para Puerto Rico; no imagino lo que pasa y sucederá en casa de los Red Sox, pues también en mi barrio boricua esto debe ser una fiesta.
Soy de Caguas, y hay muchas personas que no saben dónde queda. Lo último que pediré a mis jefes es poder llevar este trofeo a Puerto Rico
, agregó eufórico.
Decenas de aficionados comenzaron a abandonar entonces el estadio. Ya habían sufrido demasiado.
En medio del festejo, el mánager tuvo palabras de aliento para sus coterráneos, que siguen padeciendo los efectos del huracán María, que devastó la isla el año pasado. En una de las primeras actividades extradeportivas que Cora encabezó como mánager de Boston, llevó a algunos peloteros a Puerto Rico, para que entregaran ayuda humanitaria.
El patirrojo Steve Pearce fue nombrado el más valioso de las Series Mundiales, después de su destacada actuación.
El descalabro de Kershaw era total, extendiendo su récord a ocho bambinazos permitidos en juegos de eliminación.
El mánager de Dodgers, Dave Roberts, vio claro la lamentable jornada de Kershaw y lo retiró del partido en detrimento del dominicano Pedro Báez. Pero dio igual.