Proponen gestión integrada
Descargas residuales, agricultura industrial y erosión del suelo afectan a la infraestructura, indican
Miércoles 24 de octubre de 2018, p. 37
La calidad y cantidad de agua en el Sistema Cutzamala se ha deteriorado por la extracción de recursos forestales en las cuencas, la falta de saneamiento y prácticas deficientes de manejo de los métodos productivos. Sumado a ello, los costos de potabilización del agua se han elevado, aseguró el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS).
Ante el próximo corte de agua que se iniciará el 31 de octubre, la organización analizó la situación del sistema que se encuentra en el estado de México y capta el agua de seis subcuencas que proveen del líquido a las presas de Tuxpan, El Bosque, Chilesdo-Colorines, Valle de Bravo, Ixtapan del Oro y Villa Victoria. El agua se envía a la planta potabilizadora Los Berros para después ser bombeada de una altura de mil 600 metros sobre el nivel del mar a 2 mil 702 metros.
En el deterioro del agua inciden las descargas residuales de los poblados en los ríos que llegan sin tratamiento a las presas, la reducción de la cobertura forestal, asentamientos humanos, plantaciones de aguacate en algunas zonas y la agricultura industrial, principalmente para el cultivo de papa, que erosiona los suelos y contamina el agua con agroquímicos, enumeró.
Señaló que el agua que escurre de zonas muy erosionadas llena las presas y provoca su azolve, lo que les resta capacidad de almacenamiento. También se obstruyen los sistemas de conducción, razón por la cual se incrementan las necesidades del Cutzamala de parar el suministro de agua para hacer mantenimiento.
Agregó que el líquido que llega a las presas contiene altas concentraciones de sedimentos arrastrados a causa de la erosión hídrica de los suelos y nutrientes, como nitrógeno y fósforo, que generan la proliferación de cianobacterias. Esto eleva los costos de potabilización y lleva a mantenimientos constantes a los canales de conducción y la red de tuberías.
Lucía Madrid, coordinadora de la oficina del consejo en la cuenca Amanalco-Valle de Bravo, consideró que si se desarrollaran políticas públicas y programas para realizar la gestión integrada de los territorios y el manejo sustentable de los recursos naturales, eso se evitaría. En lugar de gastar en limpiar el agua y dar mantenimiento cada vez más caro al sistema de conducción, podríamos invertir ese dinero en manejar mejor las cuencas y prevenir la contaminación del agua que causa estos cierres
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Advirtió que las soluciones de mantenimiento de infraestructura no son definitivas sino parciales y pueden ocasionar otros problemas, como la acumulación de los sedimentos contaminados en grandes lagunas.