Martes 23 de octubre de 2018, p. 28
Londres. La primera ministra británica, Theresa May, intentó este lunes sofocar la rebelión dentro del Partido Conservador contra su estrategia para el Brexit, al presentar en el Parlamento su plan en cuanto al asunto de la frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
A cinco meses de la separación, prevista para el 29 de marzo de 2019, la jefa del gobierno afirmó que está solucionado 95 por ciento del acuerdo de retirada
, pero resta el punto sobre cómo impedir el retorno de una frontera dura entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
Debemos explorar todas las opciones posibles para salir del bloqueo, y es lo que hago
, declaró Theresa May.
Las críticas por su supuesta ineptitud para sacar adelante las negociaciones con la Unión Europea (UE) se multiplican tras el fracaso de la cumbre de octubre.
Según la prensa británica, algunos diputados de la mayoría conservadora se disponen a cuestionar su liderazgo.
“Las negociaciones sobre el Brexit no son sobre mí. Se trata del interés nacional y ello implica hacer buenas elecciones”, declaró May al diario The Sun.
Pero el futuro de la frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda sigue bloqueando el cierre del acuerdo.
Las dos partes quieren evitar que se restablezcan los controles fronterizos para preservar los acuerdos de paz de 1998 en Irlanda del Norte, pero no se ponen de acuerdo sobre cómo lograrlo.
La UE propone mantener a Irlanda del Norte en la Unión Aduanera y el mercado único, si no se encuentra otra solución, lo que es inaceptable para May, que estima que ello afecta la integridad de Reino Unido.
Propone, en cambio, que Reino Unido se mantenga alineado a las reglas aduaneras de la UE hasta la firma de un acuerdo comercial más amplio.
Esto le valió las críticas de los defensores del Brexit, partidarios de una ruptura neta y rápida con la UE, que temen que esa solución se convierta en permanente e impida a Reino Unido sellar acuerdos comerciales con terceros países tras la salida del bloque.
La presión volvió a subir cuando May no descartó el pasado jueves, durante la cumbre, la posibilidad de extender unos meses el periodo de transición post-Brexit, que debe durar, en principio, hasta finales de 2020. Durante este periodo el país permanecerá alineado a las reglas de la UE, pero sin participar en las tomas de decisión.
Según la prensa, existe la posibilidad de una moción de censura contra May. La dirigente está invitada a explicarse el miércoles ante el Comité 1922, que gestiona la organización interna de los tories.
El DUP, el partido unionista norirlandés, indispensable para la mayoría absoluta de May en la Cámara de los Comunes, amenazó con retirarle su apoyo en el voto del presupuesto el 29 de octubre si Irlanda del Norte no tiene el mismo destino que el resto del país.
Además, unos 41 diputados conservadores podrían apoyar una enmienda esta semana que impida la instauración de barreras entre Irlanda del Norte y el resto del país sin el aval de la asamblea regional.